Violencia escolar en contexto de pandemia
Las crecientes evidencias mediáticas de violencia asociada a contextos escolares, ha hecho que la sociedad se pregunte qué puede estar ocurriendo.
Muchos tendiendo a buscar explicaciones reduccionistas a lo individual, asumen que las personas violentas padecen o poseen algún trastorno psicológico, y por ello, implementan intervenciones desde esa perspectiva que claramente no funcionan, porque la violencia se ha mantenido, y por tanto, queda de manifiesto que es urgente que las instituciones dedicadas a la educación, a la prevención de la violencia y a la salud mental, busquen otras compresiones y/o explicaciones más allá de lo tradicional.
Se ha responsabilizado a la pandemia y todo lo que ello implica, como el encierro, distanciamiento, disminución de las relaciones físicas y restricciones de los encuentros, como causa de esta violencia, sin embargo, esto también sería un reduccionismo, puesto que estaríamos poniendo en la contingencia sanitaria la causa de una conducta que se vuelve cada vez más frecuente.
Por lo anterior, es que la invitación que nos debemos hacer es a una reflexión un poco más profunda. ¿Es la pandemia la causante de esta problemática? Es decir, pensar que fenómenos como la violencia sean lineales y que sus causas se pueden evidenciar fácilmente, nos aleja e invisibiliza mucho más del verdadero problema y sus causas, pues el contexto de pandemia también ha permitido evidenciar el grado de violencia de los jóvenes y de la ciudadanía en general.
Asimismo, la creciente prevalencia en salud mental, entendida como un malestar relacional y psicológico, en un escenario donde el acceso a atenciones primarias y tratamientos de salud mental es para unos pocos afortunados o simplemente privilegiados. Tenemos una sociedad con un malestar permanente y muy pretérito que nunca ha sido abordado, ya sea porque ha sido minimizado o simplemente invisibilizado por la política pública, prevaleciendo otras necesidades de la sociedad chilena y que muchas veces no afectan directamente su bienestar y diario vivir.
La pandemia no solo ha demostrado la fragilidad humana, ha develado además la condición de vulnerabilidad respecto de la salud mental de la población chilena, expresándose sintomáticamente en la diversidad de manifestaciones de la violencia a nivel escolar, laboral, familiar y de pareja.
"Tenemos una sociedad con un malestar permanente y muy pretérito que nunca ha sido abordado".
Luis Pino, Director de Carrera de Psicología, Universidad de Las Américas