Una deuda ambiental
Lo que comenzó con tomas de terrenos a principio de la década de los 80 del siglo pasado, hoy se ha transformado en una de las comunas con mayor crecimiento demográfico en el país. Pese a ello este crecimiento ha sido, en la mayoría de los casos, de forma improvisada con la generación de medidas que se han entregado por los gobiernos de turno, para dar solución a una serie de problemáticas sociales.
Actualmente, con más de cien mil habitantes y 16 años ya desde que se transformó en una comuna independiente de Iquique, Alto Hospicio acumula una gran cantidad de problemáticas que no han podido ser solucionadas, no obstante, las de tipo ambiental son una de las más complejas.
Esta semana los habitantes de la novel comuna vivieron un nuevo episodio con el incendio del ahora exvertedero del sector El Boro, el cual si bien debería estar cerrado, aún es lugar para que muchas vivan a su alrededor, a la espera de un cierre definitivo, con lo que ello considera el tratamiento de los residuos, que está pendiente.
Independiente de que se trata de un sector que nunca debió ser habitado, poco a poco paso de ser solo un lugar para tomas a grandes conjuntos habitacionales que terminaron por hacer urbano un sitio donde se emplazaba un vertedero y una planta de tratamiento de aguas servidas, esta última cerrada tras una intensa lucha de los dirigentes vecinales.
Hoy el desafío es que el vertedero por fin pueda tener un cierre definitivo, pero también que se pueda hacer un trabajo más general para solucionar las problemáticas de residuos en la comuna, como también el gran vertedero de residuos textiles y otros que siguen teniendo a sus habitantes como el "patio trasero" de Iquique.
El desafío para las nuevas autoridades es grande, pero también será gratificante si es que se logra generar un plan de intervención mayor, ojalá incluyendo a las grandes compañías de la región, con el fin de entregarle a los altohospicianos una ciudad digna y libre de contaminación para sus futuras generaciones.
Un Chile más ecológico debe ir más allá de las grandes urbes, e incluir un plan para el rescate de las llamadas zonas de sacrificio ambiental existentes a lo largo del territorio nacional y para ello, independiente de que el Estado debe llevar la bandera, se deben sumar todos los esfuerzos, tanto desde lo público como de lo privado.
"Un Chile más ecológico debe ir más allá de las grandes urbes, e incluir un plan para el rescate de las llamadas zonas de sacrificio".