Hace poco más de dos semanas el fiscal regional advirtió sobre la gravedad de los delitos que actualmente ocurren en Tarapacá, situación que quizás llegó su momento más álgido con el secuestro y asesinato de un empresario local, crimen que conmocionó a toda la ciudadanía y generó gran impacto a nivel nacional. En ese momento Raúl Arancibia llamó a las autoridades del Gobierno a prestar más apoyo a las policías y a los organismos vinculados a la administración de justicia.

El llamado del Ministerio Público reafirmó el clamor de los vecinos, quienes hace tiempo venían denunciando hechos de alta violencia y una sensación de inseguridad en aumento.

Ayer, el fiscal regional realizó la cuenta pública de la institución, donde las estadísticas son claras y evidentemente preocupantes, toda vez que los delitos violentos registraron un significativo aumento durante el año pasado. De acuerdo a las cifras, los homicidios crecieron 183% respecto a 2020, el tráfico de drogas subió 42%, el tráfico de migrantes 501%, el porte de arma cortante 124% y los robos con violencia e intimidación 18%.

No cabe duda que el escenario es grave y que no se ha hecho lo suficiente para frenar esta verdadera escalada de violencia que pone en riesgo y genera alto temor en la ciudadanía. Lamentablemente, el Gobierno y también las autoridades locales han estado al debe en una materia tan sensible y que hoy parece estar desbordada. Lo que es peor, no se visualizan soluciones a corto plazo.

El fenómeno delictual no disminuye tapando el sol con un dedo ni mediante acciones meramente mediáticas, es mucho más complejo y requiere ser abordado con un trabajo multisectorial, sobre todo cuando en él se han sumado nuevos factores que necesitan análisis. Al menos así lo indica el Ministerio Público al explicar que se ha detectado el surgimiento de bandas criminales "extremadamente violentas, con métodos y delitos que no se habían visto antes en la región".

Con todo, en lo inmediato parece clave fortalecer las dotaciones y entregar más recursos a las policías en la región, pero sobre todo generar políticas públicas que permitan enfrentar el fenómeno como un problema de Estado y no como un evento aislado. Se requiere el apoyo de todos.

"El fenómeno delictual no se soluciona tapando el sol con un dedo ni mediante acciones meramente mediáticas".

La historia de las zonas francas es antigua y empieza cuando nacen los primeros puertos libres para facilitar el comercio, en un mundo que era muy cerrado.

Si bien existen experiencias anteriores podemos considerar a Singapur con su puerto libre en 1819 como la primera. La zona franca de Shanghái fue establecida en 1824. En ese momento se inicia el crecimiento de las zonas francas en el mundo. En 1947, ya existían 50 zonas francas, en el mundo; en 1994 habían subido a 500; y, en el 2019 se multiplicaron x7 llegando así a más de 3.500 zonas francas en el planeta.

Con la creación de la Organización Mundial de Comercio (OMC) nace el concepto de cadena global de valor y el "made in the world", y las zonas francas se transforman en un importante eslabón de dichas cadenas.

Junto con el aumento, en el número de zonas francas, surgen los diferentes modelos, algunas concentradas en la promoción de exportaciones; en la logística; en servicios; en la sustitución de importaciones; algunas mixtas; y, más recientemente, con foco en el e-commerce, en salud e, incluso, agrícolas.

Estamos viviendo un momento que algunos llaman de "metamorfosis" de las zonas francas del futuro. Los expertos mencionan en este ámbito al menos 10 tendencias de las zonas francas del futuro: 1. friendshoring y nearshoring; 2. energías limpias; 3. comercio electrónico; 4. data centers (las zonas francas presentan la infraestructura ideal para albergar parques de data centers sin impuestos); 5. agro; 6. Servicios; 7. impresión digital; 8. incubación de empresas; 9. puertos, aeropuertos y zonas francas; y, 10. impuesto mínimo global y transparencia y trazabilidad de mercancías y personas.

Nuestro acceso privilegiado al Pacífico y a conexiones terrestres y aéreas, debe presentarse como el centro de atracción para nuevas inversiones. Si las zonas francas son los mecanismos ideales para el nearshoring (empresas que trasladan su operación de un país a otro con mayores ventajas), la ubicación de Iquique es claramente privilegiada.

Podemos concluir que las zonas francas tienen más futuro que pasado y que, por lo mismo, aún tenemos mucho por construir. En consecuencia, renovar de manera anticipada la concesión de la zona franca de Iquique sigue siendo un objetivo imprescindible para nuestra región.

"Estamos viviendo un momento que algunos llaman de "metamorfosis" de las zonas francas del futuro

Vladimir Sciaraffia,, presidente del directorio de Zofri

No solo fortaleciendo la implementación de las policías se mejora la seguridad en las ciudades. Además se deben pensar proyectos que revitalicen y entreguen mejor calidad de vida a sus habitantes.

Resaltar lo postivo

Aunque los iquiqueños sienten que la inseguridad se ha tomado la ciudad y que todo es malo, las condiciones climáticas, geográficas y los cientos de atractivos de la ciudad demuestran que no todo es oscuridad. Resaltemos también lo positivo.

Doble fila

Aunque con el aumento del teletrabajo durante este mes el tráfico vehicular ha bajado bastante, todavía hay conductores que se estacionan en doble fila, obstaculizando el paso, por ejemplo, en las calles del centro. Al parecer algunos deben repasar la ley de tránsito...