Acciones paliativas

La crisis migratoria ha generado un descontento generalizado en la comunidad, la que no solo da cuenta de una sensación de inseguridad, sino también de un alto deterioro de los espacios públicos.

Las autoridades locales demandan mayores atribuciones y también tener opinión respecto a las acciones que adopta el gobierno central, sin embargo, se extrañan iniciativas locales que puedan servir de paliativo a esta crisis.

En estos casos, más allá de quién es el responsable, también se requieren medidas que aporten a que los habitantes de las comunas de la región sientan que, pese a todos los problemas, existen avances.

En este sentido, es importante que en los espacios públicos se generen obras que permitan mejorar su aspecto. El paseo costero de Iquique luce deteriorado desde mucho antes de la llegada masiva de la migración, pese a que se han anunciado obras que nunca se ejecutan; lo mismo ocurre en otros sectores de la capital regional y de Alto Hospicio. La pandemia afecta, no cabe duda, pero no puede ser siempre la excusa.

Si bien el trabajo en la crisis migratoria es una responsabilidad principal del gobierno central y también de los distintos países de Sudamérica que no la han afrontado en conjunto, necesariamente hay acciones que pueden entregar a las comunidades locales una mejor calidad de vida y, además, mejorar la imagen ciudad para evitar un daño severo a actividades como el turismo.

Mejorar la iluminación en plazas y el sector costero, desarrollar rondas periódicas de Carabineros e inspectores municipales, pintura, actividades culturales y un monitoreo constante de los espacios públicos con cámaras de seguridad pueden convertirse en un incentivo para que la comunidad retorne a estos sitios.

Al mismo tiempo se necesita a las autoridades en terreno, que la ciudadanía los vea en las calles y en los territorios, como una forma de alentar a las personas a utilizar nuevamente los espacios perdidos y no hacerse presa de la acción de unos pocos.

Es fundamental la denuncia, pero también lo son las acciones de recuperación que se puedan realizar como habitantes de un territorio, sobre todo de aquellos que fueron elegidos para administrarlos.

"Es importante que en los espacios públicos se generen obras que permitan mejorar su aspecto".

Recuerdo que fue una novedad cuando llegaron a Iquique las "Nissan", hasta la marca era desconocida, se trataba de una micros de locomoción colectiva, o "liebres", que marcaban una distancia enorme de las antiguas "góndolas". Corrían los años sesenta y se percibía el cambio con la industria pesquera. Sin embargo, el mayor asombro lo provocó en la ciudad el robo de la cartera a una señora en una de esas "Nissan". Fue noticia principal en el periódico local. Todavía en algunos barrios la puerta permanecía "junta" o se disponía de la tradicional "pita" para abrirla de par en par. La preocupación iba de boca en boca sobre la delincuencia que podría asolar a ciudad. Creo que ese robo fue la gota que derramó el vaso o el factor precipitante que hizo cambiar nuestro estilo de vida para siempre. Nunca más hubo "puertas juntas".

Creo que ese golpe a mansalva que un inmigrante le propinó a un carabinero, un policía de aquellos encargados cotidianamente del orden público y que son vecinos de nuestra comunidad, ha sido también un factor precipitante de un posible cambio en nuestra forma de vida. La comunidad iquiqueña, por el hecho de ser un puerto, ha sido siempre cosmopolita, abierta al mundo y a las inmigraciones. Son muy pocas las familias iquiqueñas que puedan exhibir que todas sus raíces son de Tarapacá. Hasta los chilenos fuimos también inmigrantes hasta 1879. Para nosotros la presencia peruana, boliviana o argentina es familiar desde que nos constituimos como república. No se trata de discriminar a la inmigración venezolana, pero la escala de esta inmigración y el hecho que sea irregular la hace diferente. La deficiente política pública inmigratoria ha colmado la paciencia hasta del más bondadoso y comprensivo habitante de esta tierra.

No pretendo discutir el derecho milenario a emigrar y menos el derecho a asilo de los perseguidos por sus ideas, solo quiero detenerme en el derecho de los habitantes de toda comunidad de vivir en paz. Mi crítica es a la autoridad central que, desde la comodidad de la distancia, ofrece un discurso efectista, pero desconectado de la realidad.

Espero que esa paciencia que se agota no termine en violencia. No me extrañaría que se organice una marcha con banderas negras como aquellas de cuando las crisis económicas asolaron a nuestra región. Ahora estamos en una crisis más compleja: de seguridad pública y estabilidad social.

"Solo quiero detenerme en el derecho de los habitantes de toda comunidad de vivir en paz".

Sergio González Miranda,, Premio Nacional de Historia 2014

Turismo

Es evidente que el turismo se han resentido fuerte este mes, ya que con solo una mirada por Cavancha o Playa Brava es posible percatarse de una baja considerable de personas. Hay que buscar medidas para revertir el problema.

No olvidar

La pandemia sigue presente y la región no baja de los casi mil nuevos casos diarios confirmados. Es importante que, en caso de enfermedad o contacto estrecho, se cumplan las medidas de aislamiento, ya que un aumento podría significar nuevos colapsos en los servicios médicos.

Vacunación

Aunque la nueva ola de coronavirus no genera el colapso en las unidades intensivas en el país, sigue muriendo gente a causa de la enfermedad. Es importante vacunarse, sobre todo cuando se trata de personas con alguna enfermedad crónica. Mejor es prevenir.