Una solución de fondo
Uno de los incendios habitacionales más grandes de las últimas décadas fue el que afectó a las viviendas del campamento Laguna Verde en el sector sur de Iquique.
El asentamiento irregular, con sus deficientes condiciones de habitabilidad y conexiones de servicios básicos irregulares, son parte de los condimentos de una situación que afecta a más de 15 mil personas en Tarapacá, quienes están viviendo de forma irregular en 60 campamentos.
Todo lo anterior hace ver que el incendio que afectó a cerca de 250 familias era algo previsible, donde pudieron tomarse las medidas necesarias para evitar esta catástrofe social, que claramente pudo significar una tragedia, en caso de que el incendio dejara víctimas humanas, como ha ocurrido en otras zonas del país.
Tras este desastre existen dos opciones: la primera, generar los subsidios anunciados por el gobierno y apoyar a las familias en lo que requieren para sobreponerse económicamente. La segunda es ir más allá y enfrentar de lleno la problemática del déficit habitacional existente no solo en Tarapacá sino en todo el norte de nuestro país.
Hace exactamente dos décadas, el gobierno del Presidente Ricardo Lagos desarrolló el llamado Plan Integral de Alto Hospicio para resolver el problema de tomas de terrenos e inseguridad que tuvo como punto de inflexión la detención del psicópata Julio Pérez Silva.
Hoy el Estado está a tiempo de tomar una solución similar que permita generar una inversión fuerte para aumentar la construcción de viviendas y de espacios públicos acogedores para miles de familias que están viviendo en tomas o como allegados en los sectores más complejos de la región, exponiéndose a caer en el brazo del narcotráfico, la delincuencia e incluso a perder la vida en un incendio como el que ocurrió el lunes en la toma más antigua de Tarapacá.
Sin dudas, el problema no se acabará de la noche a la mañana, pero se pueden tomar medidas potentes como se hizo hace 20 años o seguir con soluciones parche, que no atacan el verdadero problema de hacinamiento en la región y que se traspasa a todo ámbito, afectando la calidad de vida de todos los tarapaqueños.
"Se pueden tomar medidas potentes como se hizo hace 20 años o seguir con soluciones parche".