Pamela Castillo

La postal de los autos estacionados en las veredas de la capital regional es una situación ya habitual para los iquiqueños, sin embargo, esta mala costumbre provoca peligros constantes para madres y padres que deben transitar con sus hijos en coches y para personas con alguna discapacidad visual o de movilidad.

Caroll Muñoz, madre primeriza, denunció que hace unos días cuando intentó ir a pasear a Cavancha con su hijo de dos años en coche, se encontró con una fila de tres autos estacionados en medio de la vereda de la calle Diego Portales, llegando a Avenida Arturo Prat.

"La opción era transitar por la tierra o por la huella, donde circulan los autos, porque no había espacio. Nosotros alcanzamos a pasar por el espacio de tierra, pero una persona en silla de ruedas tiene que bajar al lado de los autos, exponiéndose a que lo atropellen", relató la mujer.

De hecho, comentó que "cuando salgo con él (niño) a hacer algún trámite, tengo que andar en Uber y llevar el coche ahí, pero si tengo que caminar con él, no puedo porque no tengo donde pasar".

Karen Jiménez, mamá de una niña con discapacidad, concordó que los autos mal estacionados son un constante problema para la movilidad en la ciudad, ya que siempre se están arriesgando "a utilizar la calle y no la vereda, y nos exponemos a un atropello o a un choque al no tener el paso habilitado".

Para Jiménez no es fácil vivir en una ciudad donde es normal tener bloqueado el paso. "Uno se va acostumbrando, pero no debiera ser así, debiera ser más amigable y nosotros, las mismas personas, nos deberíamos ayudar. Uno se va excluyendo de hacer ciertas cosas por seguridad", sostuvo.

Es más, expresó que "transitar en la ciudad, pensando en cualquier persona se hace complejo porque no es segura, pero si le sumamos un coche, una silla de ruedas, se hace aún más riesgosa".

Sobre esta situación, Gissel Godoy, arquitecta MBA, explicó que la ciudad ya tiene barreras físicas, como las veredas en mal estado, pero estos bloqueos ponen en peligro a los peatones. "Sabemos que acá no hay una cultura de conducción vehicular muy respetuosa", dijo.

"Somos nosotros los que estamos construyendo entornos discapacitantes cuando dejamos auto estacionados... yo he visto camiones estacionados en la vereda o escombros", argumentó la profesional.

pamela.castillo@estrellaiquique.cl

Pesar hubo en la comunidad iquiqueña por el fallecimiento del docente Bernardo Ilaja Calizaya.

El profesor de educación básica con mención en música falleció en Santiago a causa de una grave enfermedad, a la edad de 68 años.

El docente se desempeñó en distintos establecimientos de Iquique, siendo homenajeado ayer en el Concejo Municipal con un minuto de silencio.

La Municipalidad de Iquique destacó que junto al profesor se formaron grandes músicos, quienes pulieron su talento a través de coros y orquestas sinfónicas formadas por Ilaja Calizaya.

Fue director de la Escuela Municipal Violeta Parra, director de la Casa Municipal de la Cultura de Iquique y también directivo del Departamento de Cultura de Cormudesi.

Sus restos llegarán hoy a Iquique y a las 8 horas serán velados en la capilla de la Catedral Parroquia Inmaculada Concepción.

La municipalidad informó que su funeral será mañana en horario por confirmar.

SEREMI de las CULTURAs

La seremi de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, Laura Díaz, lamentó el fallecimiento de Bernardo Ilaja Calizaya y destacó que el docente pampino fue profesor, intérprete, gestor cultural, director de escuela, coro y formador de músicos de la región, reconocido además por su destacado trabajo a lo largo de todo el país.

"Bernardo además de ser un gran artista, tuvo la especial capacidad de entregar su talento a los demás, pero no solo al público, a la comunidad que con tristeza lo despide, sino que también de enseñar y despertar vocaciones. Se fue en cuerpo una gran figura, pero claro está que deja un importante legado".

Valoró el aporte que hizo a distintas agrupaciones que disfrutaron su talento y el legado que continúa su hijo Bernardo.