Cuarto retiro
La Comisión de Constitución del Senado, en fallo dividido, aprobó en general la idea de legislar para permitir un cuarto retiro de los fondos de pensiones desde las AFP y con ello el proyecto de ley pasará a sala donde los senadores podrán discutir y votar sobre aprobar o rechazar la iniciativa.
El proyecto ha estado en la palestra las últimas semanas y ha derivado en repercusiones políticas para quienes apoyan y para los que están en contra.
Analistas explican que la baja registrada en las encuestas por el candidato de la centroderecha, Sebastián Sichel, es en parte a su oposición al cuarto retiro y al llamado hecho a los parlamentarios del sector que representa para que hagan lo mismo.
Por ello, no es fácil separar las aspiraciones políticas y las consecuencias negativas de un cuarto retiro. El rechazo no es bien visto por quienes con necesidades urgentes y otras no tanto, entienden que son dueños de esos fondos y si quieren disponer de ellos deben entregarle la posibilidad, olvidando de paso que son esos mismos recursos que se utilizarán para el pago de las pensiones cuando dejen su vida laboral activa.
Muchos apuestan a utilizar esos montos para ejecutar acciones que les permita contar con recursos al momento de la jubilación. "Es mi plata, prefiero invertirla y conseguir ganancias para mí, que dejárselas a los dueños de las AFP".
El fondo de esas palabras se extiende, pero la experiencia nos dice que son muchos quienes no lo hacen o no saben administrar sus fondos y los terminan perdiendo o gastando en bienes innecesarios. Tras su debacle es el Estado que debe entregarle asistencialidad y los recursos son escasos.
En lo inmediato el proyecto avanza y quienes se preparan para la contienda electoral saben que una posición negativa sería impopular, por mucho que hayan escuchado sobre los impactos negativos expuestos por expertos.
Y esa allí que bien vale la pena preguntarse si se está legislando con una visión de país o particular. Si es lo segundo no se estaría cumpliendo con la labor para la que fueron encomendados que es trabajar por la nación.
Decir que no es un suicidio político, y de ello bien sabe la senadora Carolina Goic y otros que se atrevieron a hacerlo. La mayoría de ellos fuera de las campañas electorales.
"Quienes se preparan para la contienda electoral saben que una posición negativa sería impopular".