Medidas urgentes
Las medidas anunciadas por el Gobierno con el fin de hacer frente al fenómeno migratorio deberían tener sus primeros resultados esta semana, cuando se habiliten los centros de primera respuesta en Huara y Colchane, como también la nueva estadía transitoria en Alto Hospicio.
Estas iniciativas han logrado la calma temporal de los residentes de la región, pero sin duda, esta calma debe ir acompañada de las acciones que deben ir en escalada con el fin de que un fenómenos que es internacional, no afecte particularmente a una zona como Tarapacá.
Ya son más de 12 mil los ingresos de migrantes irregulares en lo que va del año y si bien no se trata de una cifra grande respecto a lo que afecta a países como Colombia, Perú y Bolivia, lo cierto es que si se mira desde la óptica local en una región de solo 300 mil habitantes y escasa infraestructura, se hace cada vez más complejo.
Por lo anterior es importante que se siga avanzando en materia de control fronterizo, pero también en medidas paliativas, como son la estadía transitoria de Alto Hospicio que permite reducir el estrés en Colchane, donde un centenar de hombres deben quedarse varios días en la localidad debido a que no hay cupos para el aislamiento sanitario en Iquique.
Por otro lado, es fundamental generar un espacio que albergue a las familias con niños durante las noches, con el fin de que estos no sigan en las calles y se expongan a una gran vulnerabilidad. Ello, junto con recuperar los espacios públicos que aún siguen siendo ocupados por cientos de familias que permanecen en Iquique.
Si bien es necesario apuntar a una política que se haga cargo del fenómeno y no esperar que este se solucione con más fiscalizaciones, que no han dado resultados, lo urgente es que esta problemática no afecte, por un lado, a los tarapaqueños, ni tampoco a la gran cantidad de niños que son parte de una migración obligada.
El Gobierno está contra el tiempo, ya que pasó mucho para que se anunciaran medidas concretas, pero si se trabaja en forma colaborativa se pueden lograr los cambios necesarios para que esta problemática pueda sobrellevarse de manera pacífica.
"Lo urgente es que esta problemática no afecte, por un lado, a los tarapaqueños, ni tampoco a la gran cantidad de niños que son parte de una migración obligada".