La contaminación atmosférica se puede definir como la presencia en el aire de uno o mas contaminantes, o cualquier combinación de ellos en concentraciones o niveles tales que puedan constituir un riesgo a la salud de las personas, a la calidad de vida de la población, a la preservación de la naturaleza o a la conservación del patrimonio ambiental. Estudios nacionales e internacionales han demostrado que existe una asociación entre el nivel de concentración de contaminantes como material particulado (MP), ozono (O3), dióxido de azufre (SO2), monóxido de carbono (CO) y dióxido de nitrógeno (NO2), y la incidencia en muertes y enfermedades cardiorrespiratorias.

Contaminantes que también juegan un rol fundamental en la dispersión e incidencia del covid-19. Además, hay evidencia de efectos ambientales tales como disminución de la visibilidad, daños a los materiales, a los ecosistemas acuáticos e impactos en la flora y fauna.

A partir de la base de datos e información (2020) del Ministerio del Medio Ambiente (MMA), Registro de Emisiones y Transferencias de Contaminantes (RETC), para el año 2018, la región de Tarapacá no superaba el 1% (4289,71 ton; 0,74%) de la emisión de contaminantes atmosférica totales a nivel nacional. En tres años consecutivos (2017-2019) el promedio de la concentración de material particulado fino (MP2,5) no supera el límite máximo de la normativa vigente (20 ug/m3). Al igual que las concentraciones máximas diaria de MP 2,5, bajo la norma de 50 ug/m3.

Si bien en Tarapacá no hay zonas declaradas saturadas por contaminantes atmosféricos, dado sus bajos niveles de MP2,5, que son explicados por las condiciones de ventilación y regulaciones de fuentes de emisión de contaminantes. La información señalada procede de una estación de monitoreo pública, ubicada en la comuna de Alto Hospicio, que mide un contaminante (MP2,5), y parámetros meteorológicos. Las condiciones ambientales de cada lugar, los tipos y niveles de actividad y movilización, episodios críticos, entre otros, parece sugerir la necesidad urgente de contar, a lo menos, con una estación de monitoreo por comuna que sea de naturaleza pública y representativa, que mida este y otros contaminantes, y que permita disponer de un registro continuo de datos fiables y accesible para sus habitantes.

"Las condiciones ambientales de cada lugar parece sugerir la necesidad de contar con una estación de monitoreo por comuna".

Marco Vega Petkovic,, director de Ciencias Básicas de la Universidad Santo Tomás

El fanatismo ideológico de centroizquierda y centroderecha ha dividido a Sudamérica. Los países gobernados por una tendencia política u otra buscan agruparse en bloques cambiantes. En el caso de la migración irregular y crisis humanitaria , aflora esa penosa situación.

Si los gobiernos dejaran a un lado esas diferencias ideológicas y se unieran podrían tratar ese complejo problema a nivel de cancilleres.

Venezuela está regida por Nicolás Maduro, cuyo gobierno es para unos una víctima de la oligarquía y el imperialismo, mientras que para otros es una tiranía incapaz, sedienta de poder que pretende gobernar tantos años como el dictador Vicente Gómez. De ese riquísimo país petrolero han huido cientos de miles de personas a las naciones vecinas y a las que no lo son. Ese drama se ha acrecentado con la pandemia.

Lo fundamental podría ser una reunión urgente de los ministros de Relaciones Exteriores de Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia, Brasil y Argentina, invitándose a Venezuela si es que desea participar, a fin de tratar esa grave y compleja situación. Es un desafío para la diplomacia de los países citados, difícil pero no imposible.

En esa reunión los cancilleres no deben tocar asuntos que desunen a los países sudamericanos que se destacan al inicio de esta carta.

La unión hace la fuerza, así dicen.

Nicolás Zolezzi Velásquez

Hace algunos días un asesor político de un actual candidato presidencial sostuvo que en el contexto de lo que ha vivido el país en las últimas semanas, se avizoran en el horizonte "demasiadas tensiones y diferencias", aunque añade seguidamente que -pese a tales tensiones, sensibilidades e intereses- se avanzará decididamente sobre temas de fondo.

En ese orden, lo preocupante es que el foco de atención de un candidato u otro sea el "candidato en sí" y no las ideas programáticas que sustentan su postulación. Es preciso anotar que el debate serio -más allá por cierto de los slogan- constituye una obligación de todo quien pretende dirigir políticamente el país y también de la prensa, ya que constituye el puente entre esos postulados programáticos de buenas intenciones y la comunidad.

Otro tema importante es contar con un acceso universal a los programas de dichos candidatos, a los efectos de promover el conocimiento de la ciudadanía responsable, más allá de las frases hechas y acotadas que puedan exponer los asesores en los medios de comunicación. Un análisis profundo y adecuado de tales documentos permitirá no solo proyectar su viabilidad jurídica, política, social y económica, sino que, promoverá de mejor manera la crítica reflexiva del ciudadano. En tal sentido, un inserto de los mismos en la prensa, puede ser una alternativa idónea para estos fines, al igual que la realización de mesas redondas representadas por grupos de la sociedad civil.

En ese contexto, la universidad constituye un puente donde las tensiones pueden derivar en el diálogo fructífero y enriquecido, factor que constituye el basamento esencial de todo proceso democrático.

Dr. Carlos Salinas Bruzzone,

académico coordinador área Derecho Público Universidad de Las Américas