Un 12% aumentó la cantidad de detenidos por violencia intrafamiliar en Tarapacá durante el último año.

Entre los meses de enero y septiembre del 2020, Carabineros registró un total de 707 aprehensiones, mientras que este año, la cifra ascendió a los 790 detenidos en el mismo periodo.

Según la policía uniformada, el tipo de agresión que más aumentó fue la violencia psicológica con un 57% de crecimiento en los últimos doce meses. En tanto, hubo una baja respecto a la violencia física, la que se posicionó en 43% este año, a diferencia del 54% del 2020.

Todo esto da cuenta por un lado que las situaciones de violencia, ya sea física o psicológica se mantienen y por otro lado muestra una tendencia mayor a denunciar este tipo de delitos, que en el pasado muchas veces eran mantenidos en silencio por las víctimas.

En tanto, la Fiscalía Regional de Tarapacá precisó que entre enero y agosto del año en curso, han ingresado 2.449 denuncias por casos de violencia intrafamiliar, a diferencia de las 2.058 denuncias del 2020, esto se traduce en un aumento de casos de un 19%.

Uno de los factores que ha incidido en estas cifras también ha sido el encierro provocado por la pandemia, donde los roces al interior de los hogares aumentaron al pasar más horas del día reunidos, lo que sumado a una incapacidad para resolver los problemas mediante el diálogo, detona situaciones de maltrato.

Según las estadísticas de Carabineros, las denuncias formuladas durante el año 2020 al fono 149, número gratuito y habilitado para atender denuncias y orientar a las personas que sean víctimas o testigos de violencia intrafamiliar, casi duplicaron a las recibidas durante el periodo 2019 y en lo que va de este año las cifras no han disminuido.

Es importante que se sigan haciendo las denuncias, no solo de las víctimas, sino también de los testigos, vecinos o familiares, con el fin de seguir avanzando en que estas situaciones dejen de verse como normales.

El llamado es a denunciar la violencia en las parejas o hacia los niños o adultos mayores y no solo en el maltrato físico, sino también en el psicológico, con el fin de frenar a tiempo hechos más graves, que incluso terminan en la pérdida de vidas.

"Es importante que se sigan haciendo las denuncias, no solo de las víctimas, sino también de los testigos, familiares o vecinos".

El calentamiento global y la acidificación de los océanos tienen en común el dióxido de carbono (CO2), ambos problemas globales, son consecuencia del aumento de los niveles de CO2 en la atmósfera. Los océanos son importantes sumideros de carbono, que absorben y capturan el dióxido de carbono de la atmósfera reduciendo su presencia en el aire. La gran cantidad de CO2 atmosférico que absorben los océanos se combina con el agua de mar formando ácido carbónico, liberando iones hidrógenos y aumentando la acidez.

Antes de la industrialización, la concentración de CO2 en la atmósfera era de alrededor de 280 partes por millón (ppm). Ahora, con un mayor uso de combustibles fósiles, está por sobre 400 ppm. Esto no solo ha aumentado significativamente la temperatura en la atmósfera y el océano, sino que el agua de los océanos del mundo se ha vuelto gradualmente un 26% más ácida. Según el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático, en un escenario pesimista los niveles de CO2 atmosférico podrían alcanzar 500 ppm para el 2050 y 800 ppm o más para fines de siglo, aumentando en 150% la acidez de los océanos con respecto a la época preindustrial, lo que equivale a una reducción estimada del pH (unidad de medición de la acidez) de 0.3 a 0.4 unidades para el 2100.

La acidificación de los océanos puede afectar a muchos organismos marinos, como corales, ostras, almejas, mejillones, caracoles y fitoplancton y zooplancton, que son las diminutas plantas y animales que forman la base de los alimentos marinos. En estos organismos sus conchas y esqueletos pueden disolverse más fácilmente a medida que el océano se hace más ácido y el agua de mar se vuelve más corrosiva, pero también el CO2 disuelto disminuye la disponibilidad de los iones de carbonato, que son los bloques primarios que utilizan estos organismos para construir sus conchas y esqueletos, afectando de manera diferente su crecimiento, reproducción, sobrevivencia entre otros aspectos. Se podría decir que la acidificación del océano afecta la densidad de sus esqueletos.

Afortunadamente, se puede abordar la acidificación de los océanos desde múltiples frentes, básicamente reduciendo la contaminación por carbono quemando menos combustibles fósiles, utilizando más energía renovable.

"La acidificación de los océanos puede afectar a muchos organismos marinos"

Marco Vega,, director de Ciencias Básicas de la Universidad Santo Tomás

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Luces de emergencia

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