Diego Gotelli C.

Una de las dificultades que enfrentan los rescatistas de animales en su labor diaria es el costo o los favores que deben pedir para brindar atención médica a los perros y gatos. Este problema que pronto podría quedar atrás, pues en la Región Metropolitana se está comenzando a gestar el primer hospital veterinario gratuito para animales de la calle.

La iniciativa es impulsada por la fundación SuperCan, que tras dos años de vida agrupó a empresarios para financiar el arriendo de un inmueble en calle General Freire 5030, en Renca, que será remodelado para crear un hospital público para animales.

"La razón de ser de este hospital son los casi 400 mil animales que existen en Chile en situación de abandono y que dependen de la buena voluntad de la persona que los encuentra", dice Montserrat Pacheco, vocera de la ONG.

La animalista señala que tras seis meses preparando el proyecto hoy ya cuentan con los permisos para comenzar a construir el laboratorio para servicios de imagenología, los pabellones, la sala de atención y los caniles con capacidad para hospitalizar a 20 animales en simultáneo que tendrá el futuro hospital. Se estima que podría abrir sus puertas el primer semestre el próximo año.

Para acceder a las prestaciones gratuitas la institución exigirá que el perro o gato llegue apadrinado por una fundación que tenga un convenio con el hospital, a fin de que una vez recuperado ellos se encarguen del proceso de adopción para que no regrese a la calle, además de evitar que terceros lleven a sus mascotas simulando un rescate.

Para particulares también se brindará atención de urgencia pero pagado, a un costo más asequible que el sector privado, aclara Pacheco.

Si bien cuentan con respaldo empresarial, la fundación se encuentra reclutando socios que garanticen la operación sostenible del recinto, además de hablar con universidades para albergar prácticas de sus estudiantes.

Una histórica cifra anotó la economía chilena en junio, al expandirse 20,1% en comparación con el mismo mes del año pasado según el Índice Mensual de Actividad Económica (Imacec), elaborado por el Banco Central.

El dato superó todas las expectativas del mercado y es el mayor crecimiento interanual en casi tres décadas. Coincide, además, con el relajamiento de las restricciones impuestas por la emergencia sanitaria.

Comparado con el mes inmediatamente anterior, el indicador avanzó 2,1%, siendo la cuarta cifra positiva del año después de la registrada en mayo (2,6%), abril (1,4%) y marzo (6,4%).

"Este resultado se explicó, en parte, por la menor base de comparación de junio del año anterior y por una mayor adaptación de los hogares y empresas a la emergencia sanitaria asociada al covid-19", explicó el instituto emisor en un comunicado.

Según el ministro de Hacienda, Rodrigo Cerda, el buen resultado no solo se relaciona con las cifras rojas de 2020, cuando la economía anotaba una caída de casi 13% en el sexto mes del año. "Un 20% va más allá de un efecto rebote", dijo el secretario de Estado.

"Tenemos que enorgullecernos como país por lo que de alguna forma estamos logrando", manifestó el jefe de las finanzas públicas, agregando que "la recuperación de la economía la hacen básicamente los que están acá, los trabajadores que permiten que la economía se vuelva a echar a andar".

El director del Centro Sismológico Nacional, Sergio Barrientos, planteó hacer una revisión de los edificios y construcciones que están cerca de la falla San Ramón para cerciorarse de que cumplen con los criterios de seguridad que establecen las normas sísmicas. La sugerencia la realizó en la quinta sesión de la comisión investigadora de la Cámara de Diputados que indaga los actos del Gobierno sobre permisos de construcción para instalar proyectos inmobiliarios sobre la faja de ruptura que amenaza a al menos nueve comunas de la Región Metropolitana ante un eventual terremoto. Barrientos explicó que tras cada gran sismo la norma en Chile se actualiza, por lo que aconsejó hacer revisión con los criterios vigentes a las estructuras más antiguas, como unreactor nuclear ubicado en La Reina.

Apostando por cumplir la meta de que al año 2040 todo el transporte público de Chile sea eléctrico, el Gobierno anunció la masificación del programa que busca sacar de circulación los taxis tradicionales para que sean reemplazados por vehículos con esta tecnología sustentable.

La estrategia consiste en llevar la campaña "Mi Taxi Eléctrico" a cuatro regiones para otorgar un cofinanciamiento estatal que impulse a los taxistas a dejar astrás sus clásicos techo amarillos.

La primera versión del programa se realizó en la Región Metropolitana, donde la semana pasada se entregaron los primeros 50 taxis eléctricos que circularán por la capital con un simbólico techo color verde que los diferenciará en las calles.

"Esta contribución ambiental será fundamental para descontaminar nuestras ciudades y hacerlas más silenciosas y limpias", destacó el biministro de Energía y Minería, Juan Carlos Jobet.

En su versión capitalina, la campaña otorgó un subsidio de hasta $8 millones para recambiar un taxi básico por uno eléctrico, la compra e instalación de un cargador eléctrico domiciliario y el monitoreo del vehículo eléctrico adquirido por un año. Convocatorias similares se prometieron durante este segundo semestre para Valparaíso, Aysén y Los Ríos, además de un nuevo llamado en la RM.

"La electromovilidad es una tendencia mundial que en Chile avanza a paso firme", comentó la ministra de Transportes, Gloria Hutt.