Desertificación
El 17 de junio se conmemoró el Día Mundial de la Lucha contra la Desertificación y la Sequía. Se trata de una fecha establecida por la Organización de las Naciones Unidas con el objetivo de crear conciencia sobre la importancia que tiene para nuestro planeta el que la humanidad se haga cargo de los problemas de desertificación y sequía, los cuales representan graves desafíos presentes y futuros para todo el planeta.
El último diagnóstico dice que el 22% de la superficie del país presenta, en algún grado, síntomas de desertificación, el 80% muestra signos de degradación del suelo y el 72% efectos de la sequía, según la estrategia y plan nacional 2016-2030 ante la Convención ONU para la Lucha contra la Desertificación y la Sequía (Cnuld).
La desertificación y la sequía son problemas que Chile enfrenta ya hace unas décadas. El avance de las zonas áridas sobre el territorio nacional es cada vez mayor y la superficie vegetal y cultivable ha ido retrocediendo hacia el sur cada vez con mayor celeridad y con menor recuperación natural.
Como una manera de hacer conciencia respecto a este fenómeno, la ONU impulsa el día mundial para combatir la desertificación y la sequía, como un desafío que debe enfrentar todo el mundo. Según explica en su sitio web la ONU, la desertificación es la degradación de la tierra en la zonas áridas, semiáridas y subhúmedas secas.
"Está causada fundamentalmente por la actividad humana y las variaciones climáticas. Este proceso no hace referencia al avance de los desiertos existentes. La desertificación se debe a la vulnerabilidad de los ecosistemas de zonas secas, que cubren un tercio de la superficie del planeta, a la sobrexplotación y el uso inadecuado de la tierra. La pobreza, la inestabilidad política, la deforestación, el sobrepastoreo y las malas prácticas de riego afectan negativamente a la productividad del suelo", explica.
Nuestro país se encuentra hoy en momentos de definiciones, algunas de las que incluso tienen que ver con el uso del recurso hídrico. La desertificación y su avance es un antecedente a tener en cuenta a la hora de planificar el futuro del agua, el que no debe ser tomado como un problema ajeno, ya que todos podemos aportar a paliarlo.
"La desertificación y la sequía son problemas que Chile enfrenta ya hace unas décadas".