Adaptarse al cambio
La pandemia del coronavirus ha provocado un sinnúmero de transformaciones en distintas áreas del quehacer humano. Desde que la Organización Mundial de la Salud dio la alerta por las nefastas consecuencias que estaba dejando el virus, la vida de millones de personas se vio fuertemente alterada, sobre todo en cuanto a las relaciones interpersonales.
A medida que la comunidad científica fue comprendiendo cómo se generaban los contagios y las situaciones que involucraban un mayor riesgo, los gobiernos adoptaron una serie de medidas preventivas, entre las que se incluyeron extensos confinamientos, paralización de actividades no esenciales y control de los aforos. Esto decantó en una serie de regulaciones que hasta el día de hoy nos acompañan.
En ese contexto, una de las áreas que más ha sufrido las penosas consecuencias de la pandemia es el comercio, toda vez que, además de hacer frente a prolongados cierres, ha debido adaptar su infraestructura y sus espacios para que la atención de público no termine por generar nuevos brotes de la enfermedad.
Si bien al principio se pensó que la crisis se extendería solo por algunos meses, la realidad ha sido mucho más dura y hoy se ve lejano un pronto retorno a la normalidad. Así las cosas, luego de la apertura parcial, una vez más los gremios del comercio han manifestado su inquietud por los nuevos protocolos sanitarios que establecen aforos más reducidos, lo que a su juicio afecta duramente las ventas y podría significar más desempleo.
Ante esta crítica situación es necesario que se agilicen las ayudas comprometidas por el Gobierno para el sector y que, además, se establezcan y difundan protocolos claros, de modo que trabajadores y clientes sepan cómo actuar en esta "nueva normalidad", la que seguramente se extenderá por largo tiempo. Además, es urgente que se destinen recursos y capacitación para que los comerciantes, sobre todo los más pequeños, logren digitalizar sus procesos de venta y de esa manera logren hacer frente a un escenario complejo y todavía muy incierto.
Muchos de los cambios que hoy experimentamos, serán cotidianos el día de mañana. Es necesario trabajar en la adaptación.
"Si bien al principio se pensó que la crisis se extendería solo por algunos meses, la realidad ha sido mucho más dura".