No olvidar a las regiones
A menos de dos meses que asuman los gobernadores regionales, en el Congreso todavía se discuten dos proyectos que son considerados como fundamentales para la gestión del nuevo cargo. Se trata de normas relacionadas con la transferencia de competencias y los recursos financieros con los que contarán estos nuevos órganos de la administración pública.
Es evidente que el trabajo parlamentario se ha centrado en el último tiempo en hacer frente a las contingencias por la que ha ido atravesando el país, tanto desde el punto de vista de la crisis institucional generada luego del estallido social, como de las consecuencias sanitarias y económicas causadas por la pandemia del coronavirus. No obstante, la implementación de los nuevos gobiernos regionales es una materia que se discute hace bastantes años y donde ha costado avanzar.
De acuerdo a información publicada ayer por El Mercurio, ambas iniciativas permanecen en el primer trámite en el Senado y todavía falta su discusión en la Cámara de Diputados. Además, no se descarta que luego deban ingresar a una comisión mixta, por lo que se estima que esta discusión podría extenderse más allá del 14 de julio.
La transferencia de competencias apunta, entre otros aspectos, a establecer un proceso de seguimiento y evaluación de las competencias transferidas, crear un mecanismo que resuelva las cuestiones de competencias a cargo del contralor y evite la duplicidad de funciones con los delegados presidenciales. Mientras que la transferencia de recursos tiene como algunos de sus objetivos fortalecer la descentralización financiera de los gobiernos regionales y establecer normas sobre responsabilidad fiscal.
Luego de la última elección ya hay tres gobernadores electos a nivel nacional, mientras que los restantes, donde se incluye a Tarapacá, se definirán en la segunda vuelta programada para el 13 de junio.
Con todo, es lamentable que los electores concurrieran a las urnas, y lo vuelvan a hacer, sin total claridad sobre las acciones que le corresponderán al cargo. La improvisación es enemiga de una buena gestión pública.
"Es lamentable que los electores concurrieran a las urnas, y lo vuelvan a hacer, sin total claridad".