Patrimonio, trabajo de todas y todos

Costa oceánica, valles, quebradas, altiplano y cordillera fueron parte del paisaje con que los primeros habitantes de esta zona norte debieron convivir, registrando su forma de vida a través de geoglifos, una manifestación del arte rupestre que graficaba en cerros y piedras su realidad cotidiana.

En la actualidad, desgraciadamente por descuido y abulia, muchos de ellos que daban cuenta de nuestra historia se han perdido, y es muy claro el alto grado de vulnerabilidad en que se encuentran los geoglifos que han podido sobrevivir.

En nuestro país, Tarapacá concentra el 90% de este arte rupestre, siendo los Geoglifos de Pintados uno de los más importantes. Es en este contexto que la Universidad Arturo Prat como parte de la Fundación Geoglifos de Tarapacá, conformada por Conaf y la Universidad Católica del Norte, está trabajando con distintos expertos y profesionales para postularlos como Patrimonio de la Humanidad ante la Unesco.

Y aunque hoy este tema, ante la grave situación que vivimos por la pandemia, pudiera percibirse por algunos como de poca urgencia, la verdad es fundamental, especialmente, en lo que respecta a concientizar a la comunidad que el patrimonio cultural es parte del fundamental para el desarrollo de los países y sus sociedades.

Bajo este contexto, los geoglifos deben contar con un mayor grado de protección y cuidado de los ciudadanos, para lo cual la Fundación está generando instancias de participación y difusión que les permitan apropiarse de este legado, sensibilizándolos respecto al impacto sus acciones.

Así en coherencia con el slogan de la Unap "Conocimiento y Territorio", estamos llamando a entrar a www.fgt.cl/colabora/, ingresar los registros visuales que tengan de los más de 7 mil geoglifos contabilizados en la región de Tarapacá, y apoyar esta gran iniciativa que posibilitará conocer y contribuir a que sean Patrimonio de la Humanidad.

Debemos apropiarnos de los nuestro, conocerlo, valorarlo y ser actores relevantes en la lucha por los cambios, con la fuerza necesaria para proteger uno de los mayores legados de las nuevas generaciones, nuestro patrimonio.

"Tarapacá concentra el 90% de este arte rupestre, siendo los Geoglifos de Pintados uno de los más importantes".

Alberto Martínez,, director Fundación Geoglifos de Tarapacá

Es verdad, el que no se renueva, pierde.

Un buen ejemplo son los matinales de TV, siempre buscando el "gancho" para captar la atención de los televidentes y levantar el rating.

Cambios más, cambios menos, una modalidad de cambio en los matinales que está de moda, es colocar de animadores, a personas que no son animadores, y que aunque hicieran bastantes esfuerzos, tampoco lo lograrían, en donde su función central, o mejor dicho, para eso son contratados, es para armar polémicas, buscar el conflicto, buscar el ida y vuelta, y todo bajo el slogan, "todo, pero todo lo que hacemos es para buscar la verdad, solo la verdad y nada más que la verdad", pero como todo en la vida, las escenas muy repetidas, terminan por agotar.

A la fecha ya lograron que un familiar de una imputada les ofreciera querellas, de seguro, hizo cumplir su principal objetivo, armar polémica, y mientras más se "sulfure" el o los imputados mucho mejor, pero ¿Qué vendrá después?, cuando se cumpla que "chiste repetido, resulta podrido", ¿O terminarán sacándose el cuero entre ellos mismos?

Definitivamente...Mucho (mal) Gusto.

Luis Enrique Soler Milla

Los últimos movimientos sísmicos acontecidos en el sector de Navidad, como algunos cerca de Los Vilos y otros bastante más al norte, siempre deben hacernos estar vigilantes e intentar estar preparados para un evento que ojalá nunca llegue.

Los últimos grandes sismos, 27F (2010) Constitución hacia el centro sur y el 15S (2015) Coquimbo hacia el centro norte, dejan un espacio entre Navidad y Los Vilos con un silencio que puede, sin tener certezas de aquello, producir una ruptura de placas mayor en nuestra zona central.

Siempre será necesario recordar y repasar la cultura sísmica. Cuando pasan los años sin vivir algún evento de magnitud uno se va relajando y olvidando, también para los niños que no conocen de esto por sus edades.

Para esa probabilidad recordar estar en estado de conciencia, revisar el lugar que habitamos, conversar entre los familiares que hacer y definir lugares más seguros. Conocer las vías de evacuación y si se vive en altura, intentar anclar los muebles que contienen vajilla, vasos u objetos que pueden ser frágiles, alejarse de ventanas y vitrinas, si aumenta el movimiento buscar refugio debajo de una mesa.

Pensar en tener algo de agua almacenada, alimentos básicos, cocinilla de camping, una linterna y radio a pila para no quedar aislados de noticias, que suele aumentar ansiedades y temores cuando la naturaleza nos enfrenta a estos eventos que son frecuentes y que seguramente volverán a ocurrir. En interiores, no encender fuego para iluminar con velas y no usar los ascensores para el caso de los edificios.

Observar y mantener lo mejor posible las redes de servicios, agua, luz y gas que son muchas veces las fuentes de daños mayores. Si uno se encuentra en algún exterior, buscar o ir a zonas o áreas abiertas, alejándose de edificios y sobre todo post sismo no volver a estructuras con daño, ni usar los ascensores o encender fósforos, acordarse de los riesgos y tener siempre un plan en la mente que puede ayudar en momentos críticos. En general, por las normas vigentes en nuestro país, las edificaciones están diseñados para resistir y no colapsar.

Uwe Rohwedder,

arquitecto y académico UCEN