N.L.G.

Como estaba anunciado, ayer Reinaldo Rueda fue presentado como el nuevo entrenador de la Selección de Colombia, después de las negociaciones que se iniciaron en diciembre para dejar su cargo en Chile y reemplazar al cesado Carlos Queiroz, que dejó la selección cafetera tras dos estrepitosas goleadas: un 0-3 con Uruguay en casa y un 1-6 con Ecuador como visita.

Respecto a cómo se dio el retorno a su país, comentó que "todo ha sido un proceso por lo que significó este ofrecimiento, la vinculación, lo que fue las fiestas de Navidad en diciembre y con la expectativa después del ofrecimiento que fue en la primera o segunda semana de diciembre, con la ilusión de que se pudiera concretar. A veces prima más la especulación que el análisis sensato y futbolístico".

Fue lo más cercano a hablar sobre lo que le ocurrió en Chile, porque de su paso por la Roja y la salida con la ANFP no hubo mención alguna, aunque tampoco fue del interés de los periodistas. Sí dejó en claro el orgullo por dirigir a la mayor, algo de lo que tuvo la oportunidad de hacer en 2005, pero por un corto periodo de tiempo. También habló del por qué de su llegada. "Nos motivó la satisfacción profesional y el orgullo patrio de asumir esta responsabilidad, es una gran distinción para este cuerpo técnico. Ojalá podamos cumplir con las expectativas e ilusión del pueblo colombiano".

En esa misma línea insistió en que "es un desafío altísimo que con los colombianos y los jugadores asumiremos con la mística que necesitamos para cumplir la meta. Nos brindaremos con todo nuestro esfuerzo y nuestra experiencia".

Rueda conversará con los referentes de manera virtual, anunció que no viajará a Europa y que mantendrá a todo su cuerpo. Tal como en Chile, espera hacer microciclos pero dependerá de los calendarios locales. Sobre las últimas dos derrotas, añadió: "Los últimos resultados no deben dar para el calificativo de apagar un incendio, todo lo que pasó y generó esta situación se analizará desde el punto de vista futbolístico".

Dos tenistas se encuentran dentro los tres más recientes casos de Covid-19 detectados en las pruebas realizadas a los pasajeros que llegaron en los vuelos particulares para el Australian Open, primer Grand Slam del año.

El director del torneo, Craig Tiley, informó que no se considera que los jugadores sean contagiosos, y están alojados en los hoteles previstos para las cuarentenas. Los primeros seis casos positivos trascendieron durante el fin de semanas, vinculados a vuelos procedentes de Los Ángeles, Abu Dhabi y Doha.

Todos los pasajeros en esos vuelos, entre ellos 72 tenistas, quedaron bajo la categoría de contactos estrechos de personas infectadas por el coronavirus y deben cumplir una rigurosa cuarentena, bajo las directrices de las autoridades sanitarias. Ello significa que no puede salir de su habitaciones de hotel durante 14 días.

Las estrictas medidas, que tienen encerrados a tenistas como Diego Schwartzman y Pablo Cuevas, son cada vez más resistidas. Por ejemplo, el español Roberto Bautista Agut fue muy duro con la organización: "Tennis Australia no tiene nada que decir en estas medidas que se están tomando, ellos no gestionan estos protocolos, sino gente del gobierno de Australia que no tiene ni idea de tenis. No saben nada relacionado con el tenis, tiempos de entrenamientos, etc. Esto es como una cárcel, pero con conexión Wifi", dijo a Sport5.

No es el único con problemas, la ucraniana Marta Kostyuk confesó a un medio de su país que "durante el día suelo tener ataques de ansiedad. Una vez me senté en medio de mi habitación y me puse a llorar porque quería salir fuera y respirar aire libre".

La bielorrusa Victoria Azarenka, representante de sus pares en el Consejo de jugadoras, fue criticada por Sergei Demekhin, técnico de Veronika Kudermetova, por no defender a las jugadoras por la estricta burbuja que viven y sí a la organización. La ex N°1 replicó que "estamos viviendo una pandemia global y nadie tiene un manual claro de cómo hay que actuar en estas condiciones y sin cometer ningún tipo de error. A veces pasan este tipo de cosas y tenemos que aceptarlas y seguir hacia adelante".

El diario argentino 'Olé' reveló ayer que Juan Antonio Pizzi ya trabaja en la conformación del plantel para Racing Club junto al manager Rubén Capria, donde uno de los puestos a reforzar es el de volante central. Esto, porque Marcelo Díaz "ya avisó que regresará a la Universidad de Chile". El volante tiene contrato hasta mitad de año y no renovará el vínculo. En cambio el portero Gabriel Arias y el lateral zurdo Eugenio Mena tienen contrato vigente. Es por eso que Pizzi, quien no terminó de buena manera su relación con Díaz, buscará un lateral derecho, el mencionado volante central y un volante creativo de cara a la nueva temporada.