Hay que ser majaderos
Un total de 29 fiestas clandestinas ha detectado carabineros en lo que va de enero. La cifra ya alcanzó a todo lo registrado en diciembre, mes que tenía el récord.
La organización de este tipo de festejos no se condice con el momento que vive el país con los contagios, ni mucho menos la región donde la red asistencial, pese a los esfuerzos de mayor equipamiento y contrataciones, está sobrepasada por la gran cantidad de personas que se están contagiando, muchos de ellos internados en centros de salud públicos y privados.
El problema es que a muchos parece no interesarles la salud de los demás y no solo se están reuniendo de manera oculta, sino que además no tienen ningún tipo de medida sanitaria que implique evitar contagios masivos.
En Tarapacá, el paso a fase 3, días en Navidad significó no solo el crecimiento de casos, sino que un desborde que persiste hasta ahora, cuando se van a cumplir dos semanas confinados.
Pese a que los llamados han sido constante y las multas no son bajas para quienes transgreden los protocolos sanitarios, hay muchos que no entienden.
A propósito justamente de eso fue que el ministro del Interior, Rodrigo Delgado, planteó que pese a que las sanciones pueden llegar a la cárcel efectiva, las personas no están obedeciendo y propuso la posibilidad de enviar a trabajos comunitarios. La idea de Delgado es que los detenidos realicen esos trabajos en lugares donde atiendan a pacientes con coronavirus. "Esas personas tienen que acercarse más al dolor para que puedan comprender de qué estamos hablando", dijo.
Aunque la medida fue criticada por algunos como el exministro Mañalich quien cree que es un riesgo demasiado alto y alabada por otros como el alcalde de Las Condes, Joaquín Lavín, está claro que las actuales sanciones no están siendo válidas.
Por ahora hay que ser majaderos y hacer entender a las personas que, si bien la gran mayoría no tendrá grandes problemas con el virus, también hay muchos que están perdiendo a seres queridos, otros perdieron su fuente laboral, mientras que los funcionarios de la salud están sobrecargados y expuestos ante una pandemia que no tiene piedad.
"Si bien la gran mayoría no tendrá grandes problemas con el virus, también hay muchos que están perdiendo a seres queridos"