Niños migrantes
La migración irregular que se ha dado súbitamente en los últimos meses en Tarapacá, no solo ha generado una preocupación desde el punto de vista de la pandemia. El componente de menores de edad, en su mayoría niños pequeños que están ingresando junto a sus padres en busca de oportunidades en Chile, debiera ser abordado con mayor preocupación por las autoridades.
Es común ver en las calles a ciudadanos extranjeros, principalmente jóvenes venezolanos, quienes pasan largas horas juntos a sus hijos solicitando el apoyo económico de los transeúntes.
La realidad es preocupante y será aún más a medida que las familias en residencias transitorias o sanitarias salgan de alta, tomando en cuenta que el 30% de estas personas son menores de edad.
Sin dudas, es una problemática difícil de enfrentar, por lo complejo de que el Estado de Chile pueda hacerse cargo de un tema donde además se deben garantizar los derechos de estos niños, cuando como país no hemos sido aún capaces de mejorar las condiciones de los menores de edad que están bajo la tutela del Estado.
Independiente que la situación migratoria de estas familias debe resolverse y está la posibilidad de que se materialice la expulsión, es necesario tener presente la condición de estos niños. Por lo mismo, bien se les puede apoyar para que logren acercarse a sus redes familiares residentes en Chile, sobre todo cuando estas habitan en la zona central del país. Esto podría contribuir a evitar una desgracia, sobre todo en casos extremos como aquellos que pernoctan en carpas en la zona costera de Tarapacá.
Es necesario poner por delante la situación humanitaria, sobre todo de niños que son arrastrados por una crisis sanitaria que ha afectado con mucho mayor dureza a los países vecinos, donde estas familias residían hasta hace poco.
Esta problemática debe abordarse con amplia cautela, pero sobre todo pensando en el respeto absoluto a los derechos esenciales de los niños, de modo que una posible solución no se transforme en una vulneración.
"Esta problemática debe abordarse con amplia cautela, pero sobre todo pensando en el respeto absoluto a los derechos esenciales de los niños".