Lenta apertura en locales no esenciales del sector Agro
Algunos abrieron recién ayer y esperan que el flujo aumente durante los días hábiles.
Aunque desde el lunes 5 de octubre los negocios no esenciales pudieron reabrir sus puertas, en el barrio comercial Agro Iquique el proceso ha sido más lento, pues debido a sus particularidades han requerido la coordinación de accesos y aforos de público.
La administradora de Mercado Comercial y Mercado del Agro, Maribel Salazar, explicó que las distintas ferias que componen el sector comercial en la vereda costa de avenida Progreso, las que incluyen además a Agro Norte, Mario Salazar y Feria Lucana, debieron cerrar los pasos entre ellas. Los clientes que desean cruzar a otro sector, deben salir a avenida Progreso y entrar a otras ferias por separado.
"Las divisiones están todas cerradas, porque con esto del aforo debe haber una equis cantidad de personas por metro cuadrado, entonces ¿qué pasa si las personas cruzan por dentro? Si nos fiscalizan puede que nos cierren, porque se coló gente", explicó la encargada.
Feria lucana
Sandra Oliveros, vendedora de ropa en la Feria Lucana abrió ayer, ya que contó que tiene algunos problemas de salud que le impidieron hacerlo antes. Afirmó que la falta de ingresos la forzó a reabrir.
"Se ha vendido poco. Igual me dio COVID, pero no fue fuerte gracias a Dios. En materia de ingresos estuve complicada, porque a todos en la casa nos dio, a mi marido que trabaja de colectivo y a mis dos hijos, que los cancelaron. Incluso he pensado en cerrar, porque me ha costado mucho", dijo.
En el área de tecnología, donde se arreglan y venden artículos de celulares y otros aparatos, Carlos Aguirre, jubilado y dedicado a la reparación de televisores y la venta de controles remotos, comentó que "ha sido lento. Igual tengo mi clientela que me busca, así que con eso me doy vueltas. Antes uno esperaba sábados y domingos, pero ahora no podemos porque está cerrado y más encima solo tenemos una puerta abierta".
Apertura gradual
Otras ferias de calle Hernán Fuenzalida también han tenido una lenta reapertura, la que se ha visto dificultada pues ahora hay un solo acceso, a modo de reducir los flujos.
Si antes se podía cruzar directamente desde la Feria Lucana hasta el Persa Evans por calle Juan Pablo I, ahora los clientes deben bajar por Hernán Fuenzalida para ingresar a esta feria, dedicada principalmente a la ropa usada.
Gilda Pérez, vendedora de Evans, donde aún es posible observar varios pasillos completamente cerrados, abrió recién ayer.
"Algunos locales no han abierto, porque están colocando plásticos, eso lo exigen. Los otros días fue para arreglar y sanitizar. Algo he vendido, pero cuando se sepa que la feria está funcionando van a llegar más. Van a tener que acostumbrarse a venir en la semana", dijo.
El escenario más crítico lo relató Edith Niculcar, dueña del Persa Hernán Fuenzalida, a lado del acceso al Persa Evans. Contó que debió desmantelar la feria ya que dejó de recibir el pago del arriendo de los ahora ex locatarios.
"La gente empezó a irse tras el estallido social, eran unos 70 locales. Ahora tuve que desarmar todo. Prefieren irse al lado de la feria itinerante, que crece tanto, porque no pagan nada, pero acá hay que pagar. Me reinventaré con lo que quedó", acusó.
Progreso
En el Centro Comercial Progreso, los locatarios esperan que pronto se pueda levantar la cuarentena los fines de semana. Berta Farfán, que vende "ropa americana" en el puesto D17, contó que tiene un aforo de solo dos personas en su local: "Un 20% (de lo que se vendía en tiempos normales). Algo cae, pero no es como antes. El sábado y domingo es el fuerte de nosotros. Como no podemos abrir, eso es perjudicial", expresó.
De igual forma, Marina Lázaro, que vende maletas, bolsos y mochilas en los puestos F10 y F11, comentó que "hoy (martes) abrí, pero solo vine a ordenar. No pasa nada todavía. No me han comprado, pero la próxima semana me voy a poner de lleno".