OPINIÓN
Trabajo presencial y seguridad psicosocial
Muchas son las empresas y organizaciones que según el plan "paso a paso" propuesto por el Gobierno, están volviendo a sus labores presenciales, situación que podría generar algunas preguntas en relación a la sensación de seguridad de los trabajadores debido al contexto actual.
Si bien es cierto, nuestra región aún mantiene el estado de cuarentena, es menester poder prepararse, anticiparse y establecer protocolos a medida para cada organización que retorne a sus labores presenciales, cumpliendo además, con los protocolos recomendados por la OMS y el Minsal.
Se espera que muchos trabajadores retornen a sus puestos de trabajo con sintomatología asociada al contexto de pandemia, como reacciones fisiológicas, cognitivas, emocionales y conductuales, situación que puede condicionar el rendimiento, motivación y relaciones en el equipo.
Por esta razón, es necesario incluir en los protocolos anteriormente mencionados, no solo acciones, comportamientos y reglas que establezcan distanciamiento social y precaución, también es urgente poder incluir protocolos de autocuidado para la salud mental, como lo son la re-adaptación al puesto de trabajo, resignificación de las labores, charlas o talleres asociadas al autocuidado, y sobre todo un proceso de contención y acompañamiento que realice un seguimiento a la salud mental de cada trabajador y que permita hacer visible el estado individual del mismo, de su entorno y su familia.
Estudios demuestran que las empresas que se preocupan por el estado personal y emocional de sus trabajadores, obtienen mayores logros y cumplimiento de las metas. Esto, debido a que el colaborador mantiene un sentido de pertenencia, seguridad y compromiso organizacional, lo que impacta directamente en su motivación y resultados medibles.
El desafío para las empresas entonces, es adaptarse y reinventarse respecto de las nuevas necesidades ambientales, de los equipos y cada uno de sus integrantes, otorgando flexibilidad para modificar sus propias metodologías en recursos humanos; entender y aceptar que la situación actual, no es la misma que antes del confinamiento, ajustando las expectativas de las jefaturas respecto de sus trabajadores, siendo estas más realistas. Y finalmente, implementar nuevos hábitos de higiene laboral, a través del análisis de posibles riesgos físicos, ambientales y de bienestar, diseñando estrategias de control, prevención y promoción de hábitos saludables, siempre manteniendo constante comunicación entre sus colaboradores.
"El desafío para las empresas entonces, es adaptarse y reinventarse".
Piera Lusso G., Psicóloga