OPINIÓN
Corresponsabilidad para la accesibilidad
En lo que respecta al entorno urbano, la accesibilidad universal es la condición que la ciudad debe cumplir para asegurar el derecho de cualquier persona a desplazarse en plena libertad, autonomía y sin dificultades. Un derecho fundamental que, en Chile, se encuentra consignado en la ley 20.422 promulgada el 10/02/2010.
Salí hace un par de días a hacer uso de este derecho con mi hija pequeña, utilizando el permiso de salida de niños, niñas y adolescentes que permite alejarme hasta 1 km. a la redonda de mi domicilio. Vivo lejos de las playas y parques del borde costero, entonces mis posibilidades se redujeron a caminar por las cercanías y mi primer intento fue dar una vuelta a la manzana. Un polígono de cuatro lados resuelto sobre una dura pendiente que, pone en aprietos, incluso a los ciclistas de delivery más entrenados.
Pero yo decidí vivir aquí, así que subo y bajo esas laderas empinadas, sin quejas. Lo que no elegí para mí, fueron las más de 30 barreras que identifiqué recorriendo apenas cuatro calles y que me obligaron a abandonar mi espacio peatonal y exponerme a caminar por la calzada, tomando en brazos a mi hija para hacerlo, una y otra vez.
Errores de diseño, de ejecución constructiva, faltas múltiples de mantención en aceras y pavimentos; áridos, residuos y vehículos obstaculizando el paso y accesos de estacionamientos residenciales interrumpiendo la continuidad de las veredas. ¿A quién responsabilizar?
La primera barrera a derribar para conquistar la accesibilidad es la actitudinal, entender que no habrá accesibilidad sin corresponsabilidad. Porque lo relevante de las dificultades que describí en mi relato, es que son transversales a todas y todos, en algún momento o en buena parte de nuestras vidas. A quien va con su carrito de compras o con su hijo en triciclo o en coche, a quien requiere bastón o sillas de ruedas para desplazarse y a cualquier persona de la tercera edad. La ciudad es nuestra morada colectiva y es nuestro deber compartido, hacer de ella un lugar que no nos duela, sino que nos ampare, reflejando la diversidad de nuestras capacidades.
"La ciudad es nuestra morada colectiva y es nuestro deber compartido, hacer de ella un lugar que no nos duela, sino que nos ampare...".
Gissel Godoy Riquelme, Arquitecta-MBA