Locatarios relatan los efectos que les deja la suspensión de la fiesta religiosa de La Tirana
Dijeron que era algo que esperaban ante la propagación del Covid-19. Debieron suspender las reservas de arriendos de piezas para julio.
"Es una por otra, si bien no vamos a recibir ingresos en julio, vamos a poder cuidar nuestra salud". Esas fueron las palabras de Paulina Henríquez, quien habilita un restorán en La Tirana para la temporada de julio, para referirse a los efectos que dejó la suspensión de la fiesta religiosa a consecuencia de la pandemia.
Henríquez vive en el citado pueblo hace 30 años y para el mes de julio solicita permiso sin goce de sueldo en su trabajo durante el año para dedicarse a su restorán y el arriendo de piezas.
"Este año vamos a estar cero, es un ingreso adicional y habían inversiones, pero creo que lo importante es que las cosas se dispongan para poder estar bien de salud, perder un poco de dinero no tiene ninguna importancia con tal de salvar vidas", dijo.
Por su parte, Patricio Ossio, contó que desde hace 7 años se instala con un puesto de venta de pizzas en la plaza de La Tirana para el mes de julio, medida que le permite sumar ingresos a su trabajo habitual en Iquique.
Comentó que tras enterarse de la expansión del Covid-19 a nivel mundial, sospechó que la fiesta religiosa no se iba a realizar de manera habitual. "La noticia de la suspensión de la fiesta la tomamos con calma, veíamos venir algo así ya que llamaban a evitar las aglomeraciones y esta fiesta reúne a cerca de 200 mil personas".
Agregó que una de las consecuencias que le traerá la suspensión de la actividad religiosa en el pueblo es que "la plata que recaudamos para La Tirana nos alcanzaba para invertir y también para pagar deudas y así quedamos en cero nuevamente".
En tanto, Javier Sepúlveda, quien desde hace 4 años arrienda piezas y cabañas para la fiesta de La Tirana, comentó que tuvo que cancelar las reservas que tenía para este año.
"Nos afectó porque ya teníamos arriendos reservados desde marzo, la gente empieza a buscar piezas de manera anticipada porque después es un caos y julio era la oportunidad para arrendar porque durante el año no hay arrendatarios".
Consultado sobre los efectos económicos que significa la suspensión de la fiesta para el municipio de Pozo Almonte, el alcalde Richard Godoy explicó que "cuando llegué hacerme cargo de la gestión municipal, la fiesta religiosa le generaba pérdidas a las arcas municipales. En el primer año de gestión logramos un balance de equidad entre inversión- gastos y ganancias. Fue en el fondo un resultado equitativo".
Al respecto, añadió que en el segundo y tercer año de gestión lograron generar ingresos al municipio de forma moderada, sin detallar cifras.
"Por lo tanto, quienes se verán afectados hoy en día son nuestros contribuyentes. Los vecinos de La Tirana que tiene algunos emprendimientos eventuales para la fiesta y quienes se dedican a arrendar inmuebles para la festividad religiosa.
4 piezas y dos cabañas son las que arrienda Javier Sepúlveda para julio en La Tirana.