25 restaurantes cerraron por crisis del COVID-19
Otros locales, en cambio, se adaptaron al servicio delivery. Pequeños restaurantes son los más afectados y piden ayuda.
Para Lorenzo Ruz, la situación que se vive por el coronavirus los obligó a cerrar los dos restaurante especializados en pescados y mariscos el pasado 20 de marzo. "Decidimos cerrar los dos locales de Caleta Buena, mantener el personal y estamos analizando convertirnos en delivery por la crisis", explica.
La situación de este empresario da cuenta de una fuerte realidad que vive el sector. De 29 restaurantes registrados por Sernatur y pertenecientes a la Asociación Gastronómica de Tarapacá, solo cuatro se han reconvertido en Delivery, los que corresponden a los establecimientos La Mulata, Barril del Fraile, Doña Filomena y Déjate Querer. El resto está cerrado.
El presidente de Agata, Jhon Burg, expresó que en el gremio gastronómico hay una dotación de 700 trabajadores con contratos de carácter indefinido, adicionales a los de temporada alta, quienes estaban hasta fines de marzo.
"Por el cierre de los restaurantes, para los contratos indefinidos, las empresas del gremio optaron por vacaciones y suspensión laboral, a la espera de que se implementen las medidas anunciadas por el Gobierno, que esperamos se anuncie cuanto antes para que nuestros trabajadores puedan tener una situación clara de los próximos meses", dijo.
Para el dirigente la intención unánime del sector es mantener el capital intangible lo más que se pueda, "ya que son profesionales del rubro gastronómico capacitados y muchos de ellos con bastante trayectoria en cada unos de los locales".
Burg reconoce que el delivery es una opción, "solo 4 de nuestros socios optaron por realizar ese servicio, no siendo una real alternativa para muchos otros por diversas razones". Expuso que se cumplirá con los compromisos salariales de marzo, pero reconoce que en el sector la situación es compleja por las obligaciones documentadas con los proveedores como por los costos fijos, siendo el arriendo la principal variable.
Pequeños locales
Para Macarena Nina, la crisis la dejó sin local el 20 de marzo. "Demoré en el pago de arriendo y me cortaron la luz, no puedo trabajar y quedaron seis personas sin trabajo. Su local "Soul" estaba en Baquedano con Zegers. "El propietario literalmente me corrió y no pude sacar las máquinas", dijo Nina.
Mientras que Karen Machón, del local "La Caravana" en calle Thomson, sigue atendiendo con 4 personas de lunes a viernes hasta un poco más del mediodía. "Nos volcamos al delivery, pero no sabemos cómo evolucionará la crisis. Somos una pyme y necesitamos ayuda".
700 trabajadores con contrato indefinido hay en el sector. Locales menores ya no pueden pagar los arriendos.