"Aplanar la curva implica menos contagiados, menos enfermos y menos muertos"
El doctor explica cómo se comporta una epidemia como la actual en Chile y refuerza las medidas a tomar. Dice además que hay varias medidas que pudieron tomarse antes y que "si lo hacemos bien, todos juntos saldremos de esto".
Chile se encuentra en la fase del aumento sostenido de casos del coronavirus, de los pocos a varios cientos de pacientes que se multiplican. La pandemia ha llevado al gobierno al cierre de fronteras, de colegios y de malls, a promover la cuarentena, que las personas se queden en sus casas y a decretar Estado de catástrofe. Es una crisis de salud que pone a prueba la salud pública del mundo y, por cierto, la de Chile.
Dedicado justamente al estudio de la salud pública Christian García Calavaro, médico de la Universidad de Chile y doctor en Salud Pública de la Universidad de Pittsburgh, Estados Unidos, ha investigado la epidemiología de las enfermedades transmisibles. Trabajó por más de 10 años en el Ministerio de Salud sobre ellas, en varios temas: hepatitis, tuberculosis y otros. Actualmente es académico de la Universidad de Santiago y está a cargo de la respuesta de esa institución en relación al coronavirus.
-Desde la salud pública, ¿está Chile preparado para este tipo de enfermedades?
-Esta es una situación excepcional. No es una condición normal. Año a año tenemos el desafío de la influenza y ese problema ya es tremendo y tensiona nuestro sistema de salud al límite. Obviamente, el COVID-19 este año puede tornar la situación mucho peor y más complicada. No es que solamente el sistema de salud chileno no esté completamente preparado. Ningún país del mundo va a tener una respuesta óptima e ideal ante una pandemia como esta de un virus totalmente nuevo. Así que, ¿está Chile preparado o no lo está? Es difícil decirlo y señalar qué es lo que va a pasar, pero lo cierto es que va a ser complejo, va a ser duro, para Chile y para todos los países afectados.
-¿Cómo evalúa la reacción del Gobierno y el gremio médico ante esta crisis?
-Las medidas que ha tomado el Gobierno van dentro de la dirección correcta. Desde temprano se empezó a asesorar por un grupo de expertos a nivel mundial de este tema. Quizá una de las cosas a apuntar es que uno hubiera querido que se tomaran las medidas más profundas más rápido, como el cierre de los colegios unos días antes, como lo que ha planteado el Colegio Médico, que propuso de manera inmediata el cierre de ciudades. La doctora (Izkia) Siches ha sido una opositora al Gobierno y muy crítica del ministro de Salud actual, pero ha dicho que lo apoya en todas las medidas.
-¿Cambiaría mucho el panorama si se hubiera cerrado Santiago las primeras semanas?
-Es difícil decir "qué hubiese pasado si", pero entendamos que esta es una enfermedad que se ha concentrado en ciertos lugares geográficos bien delimitados: Santiago, la gran mayoría, y una zona de Santiago bien específica. Si desde un principio se hubiesen tomado medidas mucho más restrictivas, como lo hizo China, de cerrar zonas completas de ciudades, quizá hubiese sido distinto. Pero eso es muy difícil evaluarlo, muy complejo tomar las decisiones. Ante un escenario de pandemia no hay en realidad experiencia, hay muy poca, ni claridad del momento ideal para tomar las decisiones, sobre todo las más restrictivas, porque hacen una disrupción muy grande en la vida de las personas. Dentro de todo, las medidas que se han tomado están en la dirección correcta, pero eso no lo veremos inmediatamente, sino al final de todo el proceso, y si las medidas fueron tomadas a tiempo.
-¿Qué significa en concreto "aplanar la curva" de contagio?
-Básicamente, la curva de contagio funciona como una campana. Como estamos en la fase inicial, se parte plano, con pocos casos, y de repente, justo donde estamos ahora (viernes), se genera este aumento explosivo de casos, una fase "exponencial". Con posterioridad, se llega a una curvatura como una especie de "u" invertida, y luego baja de la misma manera que subió, y los casos empiezan a desaparecer. Esa es la curva habitual que tienen las epidemias, asumiendo ciertas cosas como que la cantidad de personas susceptibles van desapareciendo, porque mucha gente ha estado en contacto con ellas, y asumiendo que no hay ninguna medida para evitar el contagio. ¿Qué significa aplanar la curva? Tomar esta campana, imaginariamente, desde arriba, y achatarla, por lo que se va a expandir en el tiempo, los casos se van a distribuir en el tiempo y eso va a significar que la curva va a ser menos alta, la tendencia a subir será más leve y va a bajar suavemente como una loma. Eso implica: menos gente contagiada, menos enfermos, menos casos graves y menos muertos. Es importante porque eso va a permitir espaciar los casos y va a dar tiempo para prepararnos (mejorar todos los protocolos que siempre están en proceso, todo es muy dinámico y hay que arreglar problemas mientras aparecen) y también nos va a permitir dar una mejor atención: disponibilidad de camas o de ventilación mecánica en los casos más graves.
-¿Cuál es la forma de transmisión entre personas y luego entre países?
-Los virus como este no se transportan por el aire ni por el agua ni por los vientos, se transportan y necesitan de las células del ser humano para poder vivir y reproducirse y ocupan a las personas como vehículos para mantenerse con vida. Es una lucha ecológica. El virus trata de replicarse y de contagiar lo más posible. La única forma en que la enfermedad pase de una persona a otra es, básicamente, estar en contacto: es una enfermedad que se transmite por las gotitas que salen de la tos o el estornudo y que llegan hasta un metro. Pero si están en superficies, nosotros las tocamos con las manos y las llevamos a la cara. La única forma de que esta enfermedad llegue de un país a otro es a través del movimiento de las personas.
-Se dice que las mejores medidas son el aislamiento social y el lavado de manos. ¿Es cierto que agua y jabón es más efectivo que el alcohol gel? ¿No hay razones entonces para desesperarse si no tiene el segundo?
-Así es. Y quiero destacarlo. Al ministro se le ha preguntado sobre la falta de alcohol gel en algún establecimiento de salud y él da en el punto. El lavado de manos es lo mejor, lo más barato y lo más efectivo para reducir la transmisión. Es un buen lavado de manos: estar 20 segundos (como dicen, cantar dos veces "cumpleaños feliz" para los niños), abundante jabón, limpiar entre los dedos. Hay tutoriales en la internet de cómo lavarse de manera eficiente las manos. Esa es la medida más importante, porque al final la mayoría de los contactos que tenemos son a través de las manos: saludos, tocar superficies infectadas y después nos llevamos la mano a la boca, los ojos (tener cuidado con las personas que usan lentes de contacto) o las mucosas de la nariz. Es mucho mejor que el alcohol gel. Ahora, la recomendación es que si uno no tiene acceso a lavarse las manos, el alcohol gel con concentraciones de 60% a 95% es efectivo para eliminar estos virus.
-¿Tiene algún efecto positivo el decretar "estado de catástrofe" para la salud pública?
-El decreto mismo no tiene efecto, pero lo que viene dentro de ese estado, sí. Si significa que vamos a poder tener un mejor aislamiento social, que se cumpla de manera efectiva, es importante. Pero el aislamiento social es un aislamiento físico. Quiero remarcar que la gente tiene que seguir en contacto, seguir llamándose, seguir conectándose a través de la tecnología con sus seres queridos, porque es una situación estresante, complicada y la salud mental también es importante.
-¿Cuánto tiempo puede ser recomendable el cierre de colegios?
-No hay evidencia clara al respecto. Pero está bien definido que los cierres cortos tienen el beneficio de disminuir el riesgo de las personas que trabajan, por ejemplo, en el colegio. También tienen el beneficio de organizar al colegio para las medidas preventivas eficientes y desinfectar las superficies y también da tiempo, si son dos semanas, para que las personas de esa comunidad escolar desarrollen los síntomas y poder detectarlos de manera temprana y aislarlos. Quiero hacer un énfasis en esta detección, porque dentro de las estrategias más importantes de la Organización Mundial de la Salud depende de la fase en que uno esté: hay que detectar los casos, diagnosticarlos para que se aíslen del resto de la población y las personas que han estado en contacto cercano de estas personas que han sido diagnosticadas positivas deben mantenerse en cuarentena por 14 días, porque disminuye la probabilidad de contagio.
-¿Cómo debería continuar la situación en Chile?, ¿hay factores culturales que podrían ayudar o perjudicar los contagios?
-Eso es lo que pone en desafío estas epidemias. Justamente nuestros comportamientos como personas en nuestro diario vivir. Nos vamos a tener que acostumbrar a formas de prevención: el lavado de manos, el distanciamiento (tal vez no saludarse con besos o apretones de manos), el protocolo del estornudo (taparse con la parte anterior del brazo). Tal vez también empecemos a priorizar el teletrabajo, la teleeducación, nos veremos forzados a un cambio cultural. Vamos a adaptarnos y vamos a salir de esto de alguna manera. Esto es una responsabilidad de todos. No podemos pensar que esto no nos va a pasar, como han hecho algunos irresponsables, quienes haciéndose el examen, saliendo positivos, aun así fueron de viaje, tomaron aviones; ese tipo de personas es el que no ayuda al país y son peligrosas para la salud pública.
-¿Hay alguna estimación de cómo actuará el coronavirus en conjunción con otras enfermedades estacionales, la influenza y el virus sincicial?
-Eso es una incógnita. Lamentablemente, cuando estamos en estas situaciones de nuevas enfermedades tenemos más preguntas que respuestas, más dudas que certezas. En el hemisferio norte les tocó el coronavirus al final de la temporada de influenza, no se toparon mucho, por lo tanto, no sabemos cuál va a ser esa actuación conjunta, cómo se potencian esas dos enfermedades. De ahí la importancia de que al menos para la influenza tenemos la mejor prevención que tenemos a mano, esto es, la vacuna. El llamado a vacunarse es muy importante, con calma, pues hay tiempo todavía, aunque se han vacunado muchas personas en los primeros días. Para el coronavirus no tenemos esa manera de prevenir, sino solo las medidas generales (lavado de manos, aislamiento social, etiqueta del estornudo), medidas que también nos ayudan a prevenir la influenza. Si nosotros hacemos bien esto, podemos aplanar la curva, podemos salir todos juntos de esto.
"El lavado de manos es lo mejor, lo más barato y lo más afectivo..."