Clave para todos

El partido de hoy de Deportes Iquique es clave para todos: para el equipo, que debe salir de los últimos puestos y no arriesgar su permanencia en primera, y para el cuerpo técnico, que de perder, arriesga su continuidad.

Empatía

Mañana las mujeres marcharán por sus derechos, en todo el país. Y es necesario que los hombres aporten con respeto desde una vereda de colaboración, sin querer conseguir protagonismo en las calles o en los medios de comunicación.

Boca de lobo

Varios sectores de Iquique, incluso parte de la costanera se ha convertido en una verdadera boca de lobo durante la noche. La iluminación no solo es necesaria para evitar accidentes de tránsito, sino que también ayuda a prevenir hechos delictuales. Se debe solucionar.

Enfocarse en la discusión principal

Este no es el primer editorial que insiste en el diálogo en el marco de la crisis social y evitar la violencia que afecta a la mayoría de los ciudadanos. Comienza marzo y los hechos violentos del miércoles pasado, vinculados con el inicio del año escolar, generan nuevamente un halo de incertidumbre y preocupación por la fuerza con que pueden volver los enfrentamientos en las calles, que están al margen de la discusión principal que debe enfrentar la sociedad chilena, y a un mes y medio de un plebiscito constitucional.

La lucha entre encapuchados y la fuerza policial, que en 2019 se repitió cientos de veces en todo el país, provoca graves daños en la educación de los adolescentes, niños, y a los comerciantes de pequeños negocios. Es un escenario hostil que está lejos de la inmensa manifestación pacífica de miles de ciudadanos, que en las calles han expresado sus demandas sociales. Y que provoca que más jóvenes y funcionarios policiales terminen lesionados, aumentando un aversión innecesaria.

Una buena parte de la ciudadanía, academia y la clase dirigente no puede ser un mero observador silencioso y pasivo ante la irrupción diaria de los hechos de violencia, una inminencia en el mes previo del plebiscito.

La condena a la violencia de autoridades por medio de los medios de comunicaciones y redes sociales no es suficiente. Es necesario que el diálogo se aplique también en los principales escenarios políticos y locales. También es clave, por ejemplo, que los profesores de los colegios y las universidades dediquen parte de sus horas a dialogar con sus estudiantes, para que exista una información unificada de la situación del país, del proceso constituyente, y la importancia de utilizar los espacios democráticos para generar cambios estructurales en el país.

Chile ya no puede sufrir más violencia, ni hacia las personas ni a la infraestructura pública y privada. La grieta entre la sociedad y la clase dirigente, que ha agudizado la desconfianza en el poder y la clase política, puede comenzar a repararse por medio de una sincera conversación. Es momento de que todos se involucren en generar tranquilidad.

"Chile ya no puede sufrir más violencia, ni hacia las personas ni a la infraestructura pública y privada".

La incertidumbre está presente en todo el quehacer nacional, en cuyo origen están los desórdenes, vandalismos y pillajes, que lamentablemente han reflotado este mes, entregando un claro mensaje a la comunidad: "Aquí estamos los malos y ¡qué fue!".

Ninguna nación avanza si no logra -en serio- ponerse de acuerdo con las distintas fuerzas políticas de paz, que además surjan líderes de peso, con voluntad integradora y definitivamente capaces de aislar a los disociadores y rupturistas. ¡Qué la comunidad pueda notar, distinguir y validar los liderazgos ciudadanos positivos, sean estos nacionales y locales!

El país acordó un plebiscito para Aprobar o Rechazar reformar la Constitución, esperando transitar en paz hasta en 26 de abril; lo que no ocurrió. Este acuerdo, fue hecho en el contexto de la necesidad de Paz, pero en la práctica resultó ser todo lo contrario, tanto porque la violencia nunca terminó, y porque parte importante de la oposición no fue capaz de condenar categóricamente la violencia, mejorar los mecanismos de control de delincuentes y entregar un respaldo claro a las Fuerzas de Orden y Seguridad.

Resultado, el panorama demoledor para muchas empresas, emprendimientos y trabajadores que simplemente quebraron o no han podido levantarse por los daños que recibieron o porque tuvieron que reducirse.

El cambiar la Constitución, es algo de por sí inquietante. Es como anunciar cambiar el reglamento de cualquier actividad, en este caso la regla principal del país. Que tiene el aditamento de incertidumbre mayor, que, en la eventualidad según analistas, estaremos como dos años con inversión contenida, porque nadie invierte en panoramas inciertos. A pesar que no se dice qué se quiere reformar, está implícita una promesa que "la nueva Constitución" arreglaría los problemas sociales, como si estuviésemos descubriendo la piedra filosofal.

Y ahora lo que faltaba: La guinda que faltaba: ¡el Coronavirus ¡ ya ha hecho tambalear economías gigantescas ¡Y sin agregar barricadas, saqueos y destrucciones!

"Ninguna nación avanza si no logra ponerse de acuerdo con las distintas fuerzas políticas de paz"

Felipe Illanes P., director, Asociación de Usuarios Zofri A.G.1"