La AII cumple 29 años, y los conmemora en un momento muy particular de nuestra querida región. Vimos necesario efectuar este año un proyecto diferente, el cual se materializó con el pre-lanzamiento del libro "La Historia de la industria de Iquique y Tarapacá", texto de 200 hojas que recorre, mediante material fotográfico inédito, la historia industrial de la región.
El texto nos permite percibir que esta parte del país ha sido siempre un polo atractivo para la inversión y el desarrollo. Sus condiciones naturales y distintas posibilidades han cautivado la mirada de emprendedores extranjeros, distintas colonias e inmigrantes que, sin duda, han contribuido al pujante progreso regional.
Este libro, que contó con la ayuda de don Juan Vásquez Trigo y de un comité editorial de profesionales de la Asociación de Industriales, nos traslada no sólo por la próspera época del salitre y auge minero contemporáneo, sino también por la diversidad empresarial que, históricamente, ha dinamizado la región, como maestranzas, fundiciones, fábricas alimenticias, textiles, conservas, imprentas, barracas y mueblerías, quienes también tuvieron un rol en la historia del desarrollo regional, generando empleo y enfrentando los desafíos sociales, legislativos y económicos.
Este material nos deja la siguiente reflexión: Toda fase de desarrollo productivo acarrea crecimiento, trabajo, inversiones, pero también incertidumbre. Las fluctuaciones son parte de la economía y, ante esto, debemos hacernos la pregunta "de qué forma nos convertimos en una región donde éste desarrollo vaya dejando instalada una infraestructura física, tecnológica, vial, educativa, hospitalaria, turística, logística y comunitaria, que haga de Tarapacá un mejor y más atractivo lugar para vivir, trabajar y desarrollarse". Debemos ver, con la ayuda de la historia, qué estrategia nos permitiría finalmente descentralizar las oportunidades, que los frutos de la riqueza y progreso queden definitivamente aquí, materializado, por conclusión, en calidad de vida para sus habitantes.
Es necesario considerar una divergencia de la ruta histórica, para proyectar un adecuado crecimiento, que involucre tanto aspectos tributarios, laborales, como legislativos en general, los cuales deben ser definidos y acordes a cada actividad económica, separado respecto del resto del país, visualizando cada una de ellas como un eje único y particular. Ésta es la única forma de determinar el crecimiento y equiparar la cancha, respeto del siempre presente centralismo agobiante, que ha estado vigente en toda nuestra historia.
"Esta parte del país ha sido siempre un polo atractivo para la inversión".
Marcos Gómez Barrera, gerente Asociación de Industriales"
