El panorama que deberá enfrentar Sánchez con un Congreso dividido
Medios españoles calificaron las elecciones de noviembre en España como un "fiasco" para el Partido Socialista Obrero Español (PSOE). No solo porque perdió un importante número de votos, sino porque deberá volver a pactar para formar el Gobierno -un hecho resistido por el Presidente Pedro Sánchez, en unos comicios que fueron marcados por la creciente irrupción de la ultraderecha. Los resultados no fueron los esperados para el oficialismo español.
El PSOE venció con el 28% de los votos, lo que le significó 120 escaños -tres menos de los conseguidos en abril-, pero igual quedó bastante lejos de los 176 necesarios para conseguir la mayoría parlamentaria -son 350 los cupos del Congreso-, por lo que deberá barajar estrategias para la formación del gobierno.
La situación para formar gobierno se complica aún más para el PSOE tras la caída de parlamentarios del otro movimiento de izquierda, Unidas Podemos (UP), que pasó de 42 a 35, aunque ni Sánchez ni Pablo Iglesias, líder de este partido, han conseguido llegar a consensos a lo largo del año.
Esto se suma a la debacle de Ciudadanos, de 57 a 10 escaños -una de las grandes opciones que tenía Sánchez para pactar en abril-, y al aumento de diputados de los opositores Partido Popular (PP) y Vox, lo que genera mayor incertidumbre en el Congreso y en la gobernabilidad de Sánchez. El PP y Vox fueron la segunda y tercera fuerza más votadas, con 88 y 52 escaños respectivamente. El primero subió 33 y el segundo 28 en su número de diputados.
Ante este panorama, el líder de UP, Pablo Iglesias, aseguró que "si después de las elecciones en abril era una oportunidad histórica, ahora es una necesidad histórica un gobierno progresista que pare a la extrema derecha", por lo que llamó a Sánchez a unir fuerzas. "Con más de 50 diputados de Vox se duerme peor que con ministros de UP", agregó.