EDITORIAL
Ataques armados a menores de edad
En los últimos días la región ha sido testigo de una serie de actos delictuales donde han resultado heridas o muertas personas a causa de ataques armados.
Tres víctimas menores de edad suman las balaceras ocurridas en la comuna de Iquique en la última semana, que incluyen a una niña de 10 años y una adolescente de 16 años.
Aunque los casos no se circunscriben a un sector específico de la comuna, las autoridades sí relacionan los hechos a rencillas que mantienen bandas locales.
Independiente de que se le quiera bajar el perfil a este tipo de hechos, debido a que han sido supuestos ataques entre miembros de grupos que han buscado ajusticiamientos fuera de la ley, es igual de preocupante porque afecta la tranquilidad de toda la población y se pone en riesgo a personas inocentes. Una muestra de ello, es la lamentable muerte de una niña de solo 10 años, quien recibió un impacto de bala en su cabeza luego que un grupo atacó la vivienda que habitaba. Sin duda se trata de un caso que no dejó a nadie indiferente e incluso fue tema de varios medios de comunicación de alcance nacional.
Hay que levantar una voz de alerta en este sentido para que las policías no descuiden estos hechos, puesto que la violencia y el uso de armas en las calles es cada vez más común en la región.
Al mismo tiempo es importante que se puedan mantener a raya estas organizaciones criminales, que en su gran mayoría se mueven por distintos delitos y no tienen uno en exclusivo.
Si bien Carabineros está abocado al resguardo y seguridad de las calles, ante las distintas instancias de violencia que ocurren a diario por parte de personas que, amparadas en las manifestaciones sociales se han dedicado a la destrucción del mobiliario público e infraestructura privada, es necesario que se pueda contar con los funcionarios suficientes para que las investigaciones avancen.
Independiente de la contingencia nacional y local, no se le puede restar importancia a los crímenes por armas de fuego, de lo contrario la situación se puede normalizar.
"Hay que levantar una voz de alerta en este sentido para que las policías no descuiden estos hechos".