Romel J. Puche

Dos narcos mexicanos que arribaron al país hace tres meses cayeron detenidos en medio de las operaciones que desplegaban para instalarse en el negocio local del tráfico de drogas. Los hombres provenientes de Ciudad Juárez mantenían en una vivienda de la comuna de Alto Hospicio, un "mega indoor" para el cultivo de marihuana, hierba que pretendían comercializar en Santiago.

Según los antecedentes recabados hasta ahora por la Fiscalía y la Brigada Antinarcóticos de la PDI, los mexicanos habrían comenzado a traficar inicialmente "creepy" hasta la zona central, esto para explorar el mercado mientras su plantación germinara.

"Ellos tenían una instalación completamente lista para el cultivo con una cantidad de más de 50 maceteros, con temperaturas adecuadas, con ventilación, con fertilizante y tierra adecuada, y con ello iban a producir una marihuana que es conocida como la AK-47 que tiene un alto poder alucinógeno, con un alto costo y calidad superior", explicó el fiscal regional, Raúl Arancibia.

Pese a que las plantaciones no estaban florecidas, para el Ministerio Público todo el aparataje de los narcos, son un principio de ejecución, claramente constitutivo de delito enmarcado en la ley de drogas.

"Con las técnicas que ellos pretendían utilizar se podía hasta cuadruplicar la producción de una planta", enfatizó Arancibia. Aunque los imputados fueron detenidos entregando un cargamento de tres kilos de "creepy" en Santiago, toda la diligencia de la PDI se enmarcó en la pretensión de la organización de instalarse en la región, donde finalmente desplegarían los narcos sus actividades.

"Ellos llegaron a la ciudad legalmente como ciudadanos extranjeros, contactos y nexos siempre se establecen pero la investigación está iniciándose, vamos a tratar de acreditar todos los nexos que ellos tuvieron y tenían acá en Iquique, en Bolivia o en otros lados como desde luego México", refirió el fiscal regional.

Aunque la diligencia se denominó como "Operación Juárez", todavía las autoridades no han vinculado ni descartado la relación de los encartados con un cartel mexicano, sin embargo las hipótesis se esclarecerán en el desarrollo de la investigación.

Por su parte el jefe de la Brigada Antinarcóticos de la PDI, subprefecto Guillermo Gálvez, señaló que en al menos tres oportunidades los sindicados habrían salido e ingresado al país por pasos no habilitados, para traficar y con la ganancia costear su incipiente proyecto.

"En primera instancia ellos instalaron sus plantaciones en Alto Hospicio, pero pretendían sumar un par de casas más", enfatizó el subprefecto.

Finalmente en audiencia de control de detención el fiscal, Carlos González, formalizó a los imputados Luis Olaiz Machuca (líder de la banda) y a Álvaro Ojeda Corral (encargado de seguridad y brazo operativo) por los delitos de tráfico de drogas, asociación ilícita, tenencia ilegal de arma de fuego y municiones, y cultivo de plantas del género cannabis en calidad de tentado.

Ambos narcos formalizados quedaron con la medida cautelar de prisión preventiva en la cárcel de Alto Hospicio.

Por el delito de homicidio fueron condenados los acusados R.P.M.R., I.A.A.M., y R.V.L.P., inculpados por el homicidio de Alejandro Flores Santibáñez ocurrido el pasado 1 de enero de 2018 en el barrio de emergencia de Iquique.

El tribunal acreditó con la prueba presentada por la Fiscalía que el día de los hechos los condenados apodados como "Guatón Nacho", "Pelao Raúl" y "Guatón Pato" concurrieron al domicilio del fallecido, donde "Guatón Nacho" disparó en el tórax al fallecido.

En el juicio, y con la prueba presentada por el Ministerio Público, el tribunal razonó que los tres condenados tuvieron participación en el suceso y acreditó el dolo de la pandilla concertada para dar muerte a la víctima.

La audiencia de comunicación de sentencia tendrá lugar el próximo miércoles a las 13 horas en el Tribunal de Juicio Oral en lo Penal de Iquique.