En el gran ropero de los iquiqueños, clóset, para los jóvenes, cabe todo lo que se ha de llevar para el viaje. Ahí se guarda lo que para mucho es cachureo. Criados en la crisis no botamos nada. Y lo reutilizamos. Varios son nuestros destinos ineludibles. La Tirana, San Lorenzo y en verano la playa en toda su extensión.
En los años 50, Primeras Piedras era tan lejano que habría que contratar movilización. Los más atrevidos llegaban más lejos. Sobre todo pescadores como la familia Lonza y los huracanes del Morro. El paseo a fin de año, el lugar a conquistar era Chanavayita.
Notas de prensa de los años 20 del siglo pasado relatan como en carreta, cargadas de un cuanto hay, se llegaba a La Tirana. Gallinas, colchones, ollas constituían entre otros, el equipaje de los peregrinos. Luego llegó el tren y a poco andar, los camiones y micro-buses. Las maletas de mimbre eran la revelación. Otras se hacían de madera. Ambas carecían de ruedas.
Ha cambiado el equipaje de los peregrinos. Se ha sofisticado. La leña se ha cambiado por el gas. Ya no se llevan gallinas ni conejos. Las frazadas son reemplazadas por sacos de dormir o plumones. Los que le danzan a la virgen llevan su propia maleta. Vendas, parches curitas, algodón, aspirinas. Los pies son los principales damnificados. Las botas son duras. Ropa para el día y ropa para la noche. Una fotografía de los años 60, a eso del mediodía revela que los iquiqueños de esa época usaban paltó y sombreros. Éramos más formales. Hoy se anda más suelto de cuerpo.
La Tirana durante el mes de julio es zona seca. Por lo mismo, el ingenio popular se las baraja para adelantarse a esa prohibición. En cajas bajo el rótulo de loza, se almacena la bebida prohibida. Una cerveza helada a eso del mediodía, del día 16, es casi una bendición.
Máscaras, caretas, matracas, estandartes, chontas, lanzas, penachos de plumas, panderetas, flautas, banderas y tambor constituyen lo más preciado de este riquísimo equipaje. Y por cierto la imagen de la Madre...
"Gallinas, colchones, ollas constituían entre otros, el equipaje de los peregrinos".
Bernardo Guerrero, Sociólogo"