A propósito de los cambios curriculares que promueve el Ministerio de Educación, quizás sería el momento de que un estado laico y moderno como el nuestro, prescinda de enseñar religión, al menos en las escuelas públicas y liceos.
Frente al pensamiento religioso el Estado debe ser neutro y la formación religiosa de los niños y jóvenes no debería estar dentro de sus preocupaciones. La religión debe estar en el ámbito privado y familiar, en el seno de los hogares y de las iglesias mismas.
Asimismo, por defecto, además históricamente el estado ha enseñado una sola religión lo que a la luz de los nuevos tiempos aparece como una situación anómala que urge corregir.
Esas horas deberían ser reemplazadas por las clases Historia o Educación Física que se eliminarían o por la incorporación en los curriculum más horas de inglés o clases de ciudadanía, de ética y filosofía, de derechos humanos, de identidad cultural, en fin, de temas y contenidos mucho más relevantes para la sociedad y la formación integral de las próximas generaciones.
Cultura vial
Las autoridades han aplicado normas en la región para mejorar el tránsito en distintas arterias de Iquique, como las vías exclusivas para la locomoción colectiva. Sin embargo, no han tenido buenos resultados, y solo basta ver la calle Serrano para darse cuenta que los conductores no están comprometidos con una mejor cultura vial, al estacionar sus automóviles donde les parece más cómodo, lo que, muchas veces, genera congestión en horarios que hay más flujo vehicular.
Creo que es pertinente que las autoridades de Transporte y el municipio refuercen la fiscalización para seguir sancionando a quiénes no están ni ahí con las normas de tránsito.
Este problema de estacionar en cualquier lado, se da en distintos puntos de la ciudad, en los sectores norte, sur, centro, oriente y poniente.
Pareciera que es una característica arraigada en los iquiqueños y que es imposible de erradicar.
Hernán Sanquea
Rodrigo Reyes Sangermani