María Rosa Pango, la tía abuela de El Colorado que cumplió 100 años
Fiel cuidadora y amiga de sus sobrinos. Ahora ellos cuidan de su salud y bienestar.
Por la pared que separaba sus casas, su pequeña sobrina Ivena le mostraba su arsenal de juguetes. Su llamado era antes de que incluso tomara el primer té del día, pero se constituía en su mejor despertador.
María Rosa Pango es una tía abuela, que si bien no tuvo hijos, entregó sus cariños, cuidados y retos a todos sus sobrinos que hasta el día de hoy, velan por su bienestar.
"Por el patio nos comunicábamos y mi sobrina llegaba tempranito; me cantaba sus canciones y de ahí me levantaba a tomar desayuno", recordó Pango.
Sus sobrinas han estado pendiente de sus necesidades, porque casi todos estuvieron bajo su custodia cuando alguno de los padres debía ausentarse, debido a la confianza y amor que les ofreció como tía.
"Yo las veía de guaguas, eran mis sobrinas que ahora ya están casadas. Yo jugaba con ellas y las recuerdo con mucho amor".
Pango nació en El Colorado, en Iquique. De padres también nacidos en la capital regional. Nunca se casó ni tuvo hijos.
En su juventud vivió junto a sus sobrinos, hijos de su hermana Carmela. "Cuando no tenían con quién dejarlos, siempre estuve ahí para todos mis sobrinos".
"Tenía su genio, antiguamente las señoras eran medio enojonas, pero siempre muy atenta y dispuesta a estar con nosotras", contó su sobrina Ximena Meneses.
Defensora
"Mi mamá nos contó que una vez yo llegué del jardín infantil con un mordisco en el rostro y mi tía quería ir hasta el jardín para ir a pegarle a la tía porque no era posible que permitiera que un niño mordiera a otro", recordó Meneses.
Tal fue el enojo de María Rosa Pango, agregó, que entre sus hermanos tuvieron que detenerla para que no cumpliera su objetivo defensor.
"Siempre fue así: querendona y preocupada por sus sobrinos y su familia. Yo recuerdo que en su pieza tenía muchas muñecas antiguas de porcelana y nosotras íbamos mucho a jugar en su pieza porque era como nuestro cuarto exclusivo de juguetes", recordó.
Así, un grupo de hasta seis sobrinos llegaban hasta su casa a verla y jugar, por lo que Pango los esperaba para estar junto a ellos.
Centenaria
Ayer cumplió 100 años, un siglo de vida y lo festejó entre amigos y familias.
"Siento mucha felicidad, no voy a decir tristeza. Estoy muy feliz de haber durado tanto con mis altos y bajos, pero aquí estoy, pasé los 100 años", describió la mujer.
La tía abuela contó, además, que el mejor consejo para los jóvenes es que sean precavidos. "Tienen que cuidarse. Uno de los secretos para durar tanto es pensar un poco y no llegar como tontos y locos a la vida", expresó.
Sus mejores recuerdos los guarda en el corazón, según manifestó. "Siempre hay recuerdos inolvidables pero esto los guardo mejor. Aquí estoy celebrando junto a ellos, mis sobrinos queridos.", apuntó.
María Rosa Pango, cumplió 100 años, sobre cómo mantenerse sana."
"Uno de los secretos para durar tanto es pensar un poco y no llegar como tontos y locos a la vida""