Ponerse en el lugar del otro
Vivimos en un mundo que avanza muy rápido, los adelantos tecnológicos y las responsabilidades del día a día, no facilitan la convivencia con nuestros pares. Esta situación ha redundado en que exista una falta de empatía con el otro, nos importa poco lo que le pase al de al lado.
El fin de semana pasado una inusual lluvia afectó la región, el nivel de agua caído no se había visto en años, esto provocó variadas complicaciones para la ciudad; calles y casas anegadas, rutas cortadas, fueron sólo algunos de los problemas que se presentaron. Estuvimos todo el día junto a nuestros vecinos, trabajando en terreno por su bienestar y solucionando los problemas más urgentes que los aquejaban.
Debido a esta emergencia, junto al Concejo Municipal decidimos suspender el tradicional Carnaval de verano, instancia de reunión familiar que con el paso de los años se ha convertido incluso en un atractivo turístico regional. Estamos convencidos de que primero está nuestra gente y sus necesidades, no podemos hacer una fiesta popular si algunos vecinos la están pasando mal, debemos tener la capacidad de ponernos en el lugar del otro, tener empatía.
Cómo esperábamos, la decisión fue tomada de buena forma por la comunidad, especialmente por los vecinos que iban a participar en las comparsas y en la elección de reyes; todos comprendieron que debemos velar por el bienestar de la comunidad y mejorar la infraestructura pública dañada, antes que realizar la fiesta estival.
Debemos mejorar jardines infantiles, colegios, centros de salud y espacios como el gimnasio techado, sólo por nombrar algunos de los lugares que fueron afectados por el frente de mal tiempo, estos deben estar en perfecto funcionamiento una vez que comiencen las clases.
Los hospicianos nos caracterizamos por ser personas de buen corazón, gente trabajadora y solidaria, es por esto que sabemos que nuestra decisión fue la acertada; ya tendremos tiempo para celebrar, pasar un rato agradable todos juntos, con la alegría que nos caracteriza como ciudad.
"Los hospicianos nos caracterizamos por ser personas de buen corazón, gente trabajadora y solidaria".
Patricio Ferreira Rivera,, alcalde de Alto Hospicio."