Josefina Aravena
Paseando entre las ruinas del declarado Monumento Nacional, Santa Laura, se pueden observar las máquinas que hacen recordar el pasado de las oficinas salitreras del interior. Se pueden recorrer las calles, casas, el mercado, la iglesia, escuela y edificios que se dedicaban a las diferentes actividades de aquellos esforzados y esplendorosos años.
El monumento está ubicado a 47 kilómetros de Iquique, en la comuna de Pozo Almonte. Al frente, a poca distancia, se puede observar la otra oficina salitrera Humberstone, a tan solo 1,5 kilómetros. Dos de las más conocidas salitreras que no han sido desmanteladas en totalidad.
Ambas compañías funcionaban para la extracción de nitratos y fueron fundadas por el que fue su propietario, el limeño Guillermo Wendell, en el año 1872.
La salitrera, por aquellos años de funcionamiento pasó por un muy buen periodo, entre fines del siglo XIX y principios del siglo XX, donde Santa Laura alcanzó a tener cerca de 450 habitantes, mientras que Humberstone tuvo más de 3700.
Su producción alcanzaba 1.610 toneladas mensuales de salitre y 322 14,8 toneladas anuales de yodo, lo que la convirtió en la principal salitrera del mundo, en esos periodos recién destacados.
En 1958, las salitreras comenzaron a apagarse, provocando el cierre de estas, quedando como una suerte de pueblo fantasma.
De esta forma, el lugar se convirtió en un reflejo de lo que fueron las historias y la vida de la gente que trabajaba y vivía ahí. Por esto, el año 2005, la Unesco lo declaró como Patrimonio de la Humanidad como parte de la lista del patrimonio en peligro.
El saqueo, las demoliciones y la falta de mantenimiento y conservación antes de que fuera declarada Patrimonio de la Humanidad, motivó que fuera incluida en la lista.
Luego de esto, permitió que se asignaran fondos de Patrimonio Mundial, pudiendo asistirla de manera urgente, en vista de su amenaza.
Actualmente, las salitreras son administradas por la Corporación Museo del Salitre, quienes se han preocupado de remodelarlas y mantenerlas.
La principal riqueza que se puede encontrar en Santa Laura es la planta de lixiviación unida con la sección de chancado y la planta de yodación, ya que esta es la única de ese tipo que hay en el mundo.
Santa Laura destaca por su gran chimenea, la que se puede divisar a grandes distancias. También, por su "Máquina", de pino Oregón y de fierro y otras interesantes dependencias y edificaciones, como la Chancadora, la casa de fuerza, la administración, plazuela. Mientras que Santa Laura su área industrial, Humberstone conserva principalmente su campamento.
Dentro de los proyectos que están en carpeta de la Corporación Museo del Salitre se encuentra un Centro de Interpretación del Yodo.