Josefina Aravena

Según un listado elaborado por La Facultad de Arquitectural de la Universidad Central de Chile, cuatro edificios de la capital regional de Tarapacá están dentro de los 50 más altos del país.

Si bien el ranking lo encabeza la Gran Torre Santiago (Costanera) con 300 metros de altura, el edificio Mirador de Iquique, ubicado en la calle Manuel Plaza, se ubicó como la torre de fines residenciales más alta del país.

El edificio de 136 metros de altura, además es la torre más grande construida en regiones, la que es seguida por la Torre Mall de Concepción (oficinas), que se ubicó en el noveno lugar del ranking con 110 metros.

Más abajo en el listado, en el lugar 18, se encuentra el edificio Nautilus, también de tipo residencial con 100 metros de altura.

Mientras que en el puesto 41 y 42, están los edificios Alto del Carmen y Marina Real con 83 y 82 metros de altura respectivamente.

Mientras que el 72% de los edificios más altos se encuentran en la capital del país, Iquique no deja de sorprender con la altura y la cantidad de edificios altos que se han construido la última década, ya que son solo cuatro las ciudades que se nombran dentro del listado, donde además de Santiago, está Concepción y Antofagasta, con la misma cantidad de edificios altos y por último, Viña del Mar, con solo dos edificios por sobre los 80 metros de altura, que son los que fueron incluidos.

La presidenta del Colegio de Arquitectos en Tarapacá, Javiera Salinas, aseguró que hoy se puede construir ese tipo de edificios en Iquique porque la normativa vigente así lo permite, "pero este tema se esta cuestionando y está en proceso de modificarse. Lo más probable es que ya no se puedan construir torres de esa altura en la ciudad, ya que el impacto de una torre responde a muchas condicionantes, tales como el tráfico y las calles. Todo su entorno, servicios y equipamientos, tienen que responder a la cantidad de habitantes que exista y en Iquique ya no quedan muchos lugares donde se puedan construir este tipo de edificios".

Por otro lado Salinas, explica que positivamente, las construcciones con altura tienen "como gracia que albergan a una buena cantidad de gente, en un espacio de terreno no tan importante, por ende se genera un mejor uso del espacio". Además, afirma que muchas veces estas obras producen una reactivación del sector en donde se construyen, ya que se generan espacios de servicios alrededor de estos, según las necesidades que se produzcan.

Plan regulador

Dentro de los detalles entregados hasta ahora por la empresa que elabora el plan regulador comunal, una de las características es que este iría a reducir la altura de los edificios.

Sergio García, arquitecto y miembro del equipo del plan regulador, explicó que el plan está dirigido hacia lograr un equilibrio en la ciudad con edificios medios que tengan una separación armónica y que no se concentren en una sola zona.

"El plano regulador intercomunal planteó una densidad de 800 habitantes por hectárea, lo que quiere decir que los edificios serán, aproximadamente, de 12 pisos", afirmó García.

Dentro de los argumentos de García, es que la visión muchas veces se ve afectada por la altura de los edificios, "ya que estos, la mayoría de las veces, van en primera línea y ocupan los espacios que están cerca de la costa, tapando a los que van por detrás, como casas y otros edificios más pequeños, generando contaminación visual para la ciudad".