El Gobierno de la República Popular de China expresó recientemente su irrenunciable propósito de lograr el regreso de Taiwán al seno del país de la Gran Muralla, recalcando que mantiene la opción de utilizar medios no pacíficos para ese gran anhelo nacional.
Ese anuncio causa preocupación en los círculos financieros internacionales, pues es un aviso a la Casa Blanca, protectora de Taiwán.
Las relaciones entre Pekin y Washington D.C. tienen tropiezos con una llamada Guerra Comercial. China desea recuperar Taiwán (ex Formosa) no solamente por razones políticas sino por razones geopolíticas. Cualquier amago de conflicto adicional entre esas dos potencias podría tener repercusiones en las Bolsas del mundo.
La diplomacia puede imponerse en esa dilatada cuestión mediante un acuerdo que asegure a Taiwán un estatuto especial dentro de la República Popular de China.
La isla de Taiwán, antiguamente más conocida como Formosa, en 1895 quedó en poder de Japón, impuesto por un ignominioso Tratado después de perder contra los nipones, que la controlaron hasta 1945 cuando se produjo la derrota total del Imperio del Sol Naciente en la Segunda Guerra Mundial, donde China resistió heroicamente contra los japoneses. Después de finalizar ese inmenso conflicto bélico, se reinició la lucha entre nacionalistas y comunistas pero en esta ocasión la guerra civil tomó proporciones nunca vista en China.
En 1949 se proclamó la fundación de la República Popular China, tras las contundentes victorias del Ejército Popular de Liberación de Mao Tse Tung sobre las del Gobierno del Generalísimo Chang Kai Shek.
El líder del Kuomintang se refugió en Taiwán, ocupada por los estadounidenses, a cuyo amparo se organizó el gobierno de la denominada China nacionalista.
El Gobierno de Pekín implantó el sistema socialista con una economía planificada y centralizada, se hicieron reformas en diversos aspectos para sacar al país del atraso, hacerlo poderoso y respetado. Su desarrollo se vio malogrado por El Gran Salto Adelante y la Revolución Cultural. Después del fallecimiento del líder Mao Tse Tung (1976), Deng Chiao Ping impulsó una revolución dentro de la Revolución, con decididas reformas que hoy tienen a China transformada en una potencia económica y militar del mundo.
Frente a ese escenario, Taiwán perdió la diferencia que marcaba con China con una economía anquilosada antes de Deng Chiao Ping. Los habitantes de esa isla podrían sentirse satisfechos de formar parte de China con el otorgamiento de un estatuto especial que respete lo que actualmente los rige, excepto los asuntos exteriores y de defensa.
La larga separación de Taiwan es producto de la Guerra Fría pero esta terminó hace tiempo.
Mario Zolezzi Velásquez