Crismary Castillo Marengo
El Censo 2017 precisó que en Tarapacá un total de 6.539 adultos mayores de 65 años siguen ejerciendo labores luego de jubilarse.
En esa lista entra Otilio González, que a sus 67 años continúa trabajando después de su jubilación. El porqué, lo argumenta en la baja pensión y los gastos que involucra tener que ayudar a su esposa que no recibe pensión.
"Una opción buena fue seguir trabajando en la empresa de encargos y cobrar mi pensión junto al sueldo es lo mejor. Yo no cuento con más ayuda y tuve la suerte de que en la empresa me tenían buena estimación por mis años de servicio", describió.
La situación para Martina Villalobos fue distinta. Al jubilarse no consiguió empleo y tuvo que emprender su propio negocio de venta de comida rápida. "El tiempo comenzó a pasar y después de tres meses tocando las puertas en las empresas me aburrí de esperar a que me llamaran", indicó.
Su Pyme creció ya que logró a través de sus hijos, conseguir un préstamo en una entidad bancaria.
"Por tener mi edad, 69 años ya no me quieren dar crédito. Yo me pregunto qué pasará con aquellas personas que no tienen más opciones porque están solas o porque sus hijos no les ayudan", planteó.
En tanto, Mauricio Meses(55) es encargado de una taller mecánico y manifestó que la mayoría de las personas calificadas para este oficio superan los 60 años. "Son jubilados que siguen trabajando y aunque es forzado, se ven en la necesidad de trabajar en algo que quizá no tiene las mejores condiciones", agregó.
Por su parte, la presidenta de la Unión Comunal de Adultos Mayores de Tarapacá, Margarita Soto, describió algunas razones por las que luego de los 65 años, se complica la situación para quienes desean seguir aportando económicamente a sus hogares.
"Lo primero son las bajas pensiones que tenemos. No alcanza y no pueden quedarse esperando mes a mes lo que les llega de esa miserable pensión que reciben", expresó.
Mercado laboral
Para Soto, el mercado laboral local discrimina por la edad. "Sabemos que los adultos mayores tienen toda la disposición de trabajar porque son independientes; pero a todos nos meten en el mismo saco: viejitos que ya no sirven", contó.
En su opinión, el contexto de una persona de 65 años o más no se traduce en una jubilación. "Muchos adultos mayores son los encargados de pagarle la universidad a los nietos porque no están los papás y ellos tienen que hacerse cargo sumando un sueldo", indicó Soto.
La mujer apuntó que las políticas públicas del Estado deben cumplirse y que los dineros que reciben los adultos mayores sean justos.
"Ahora con la reforma que plante el Gobierno de pensiones es la oportunidad para revisar qué se le ofrece a las personas después de su jubilación. Eso es demostrar el respeto hacia los adultos mayores", cerró.
152 mil personas declararon trabajar en Tarapacá según el Censo 2017.
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