EDITORIAL
Ciudad inclusiva
En un mes más se realizará una nueva versión de la Teletón, la campaña solidaria más importante del país y con una trayectoria de 40 años aportando a la rehabilitación de los niños que sufren algún tipo de discapacidad.
A lo largo de cuatro décadas esta obra también contribuyó a instalar el tema de la inclusión, sobre todo desde la perspectiva de construir un cambio cultural que se basa en el respeto y el reconocimiento del aporte que estas personas entregan a la sociedad.
Es evidente que hoy el país es otro. No obstante, aún quedan muchas materias pendientes que no han sido suficientemente atendidas y que, en definitiva, terminan generando fuertes contradicciones respecto a lo que se dice y se hace en materia de inclusión.
Si bien nuestras ciudades han avanzado en la incorporación de infraestructura que facilite el tránsito de las personas con capacidades diferentes mediante la instalación rampas o ascensores que facilitan el acceso, incorporando circuitos para no videntes y proyectos que consideran juegos infantiles inclusivos, todavía estamos lejos de los estándares deseados.
Lamentablemente, en el caso de Iquique o Alto Hospicio se trata solo de iniciativas más bien focalizadas y que en materia de inclusión no avanzan a la velocidad necesaria. Se necesita solo un breve recorrido por las arterias centrales de nuestras ciudades para percatarse que la situación no es muy distinta que hace 40 años. El resultado: las personas que tienen dificultades para desplazarse continúan enfrentando serios inconvenientes y prácticamente no pueden valerse por sí mismas.
De acuerdo al II Estudio Nacional de la Discapacidad realizado el 2015, el 16,7% de la población de 2 y más años se encuentra en situación de discapacidad, es decir 2 millones 836 mil 818 personas.
Con todo, es necesario seguir avanzando para abordar el tema desde distintas perspectivas. Esto es continuar implementando disposiciones legales que contribuyan a la inclusión laboral, mejorando la infraestructura pública e incentivando a los privados para que comprometan un real compromiso con el tema y no solo lo aborden como una materia relacionada con la responsabilidad social.
Pensar que la inclusión solo se garantiza con 27 horas de amor está lejos de ser una solución.
"Se necesita solo un breve recorrido (...) para percatarse que la situación no es muy distinta que hace 40 años".