El boxeador que le ganó a la adversidad
Felipe Araya a través del boxeo tuvo una oportunidad de encontrar el oficio que le permitió salir adelante.
Si de perseverancia y superación ante las adversidades que se presentan en la vida se trata, la historia de Felipe Araya lo refleja muy bien, pues a sus 75 años se siente un agradecido de las oportunidades que se le presentaron en su juventud a través del deporte, asimismo, asegura que ya no tiene otro propósito en esta tierra, más que disfrutar a sus nietos y a su familia.
Nacido y criado en Iquique, Araya, el menor de tres hermanos, a los 5 años perdió a su madre y cuando comenzaba su adolescencia, su padre falleció, por lo tanto quedó bajo el cuidado de su hermana Betty Araya, a quien considera su segunda madre.
Para Felipe Araya, el deporte es muy importante en su vida, ya que fue el boxeo lo que lo llevó a darse a conocer a nivel local y nacional.
Sobre cómo llegó a practicar esta disciplina deportiva, el iquiqueño recuerda que fue "por circunstancias de la vida" en el periodo cuando los antiguos barrios iquiqueños celebraban sus aniversarios realizando competencias deportivas como fútbol, básquetbol, vóleibol y boxeo.
"Un día me dijeron 'Felipe habrá un campeonato, participa' y así lo hice cuando tenía 13 años. Todo comenzó como un momento para pasarlo bien pero ahí noté que los otros niños eran más debiluchos que yo, en cambio yo me veía más formado a su misma edad y creo que era porque trabajé desde niño", contó.
Su primer trabajo fue junto a una carreta y un burro, ofreciendo el servicio de cancho, nombre como le decían en su época a lo que hoy en día se conoce como flete.
"Me ponía afuera de las barracas gallo, la barraca Illanes y ofrecía el traslado de los materiales que la gente compraba y así adquirí fuerza", dijo.
Títulos obtenidos
En el año 1959, cuando pertenecía al club Raúl Montoya, obtuvo su primer reconocimiento deportivo, tras quedarse con el título de "Guante de Oro" y al año siguiente fue seleccionado iquiqueño en boxeo.
No obstante, su nombre siguió dando que hablar en la capital del país, luego que en el año 1961 se convirtiera en el tercer campeón chileno, en la categoría gallo con 54 kilos, en donde le ganó a su coterráneo Juan Santelices.
"Fue una pelea tan emocionante, al punto que Arturo Godoy salió del palco y llegó hasta el ring para bajarme en andas, porque estaba tan emocionado de ver a dos iquiqueños peleando el título", recuerda con orgullo el ex púgil.
Araya se considera un agradecido de la oportunidad que les dieron los dirigentes del último club al cual perteneció, el club Manuel Sánchez.
Lo anterior se debe a que un día le preguntaron en qué trabajaba en el día y "les dije que a lo que me dedicaba durante el día y que a las 7 de la noche ya estaba acostado porque en ese tiempo no tenía luz y ahí me preguntaron si es que me interesaba aprender a soldar cuando tenía 15 años y les dije que sí", dijo el destacado en el deporte de contacto.
Así fue como terminó cursando un taller gratuito que impartieron en el Astillero Marco Chilena. El único sacrificio que tenía que realizar era asistir entre la medianoche y las 8 de la mañana.
"Te tenía que caminar casi todo Iquique para llegar hasta al puerto en donde nos enseñaban unos gringos que eran especialistas en soldadura. Ahora puedo decir que gracias al Boxeo aprendí a soldar porque me dieron esta oportunidad y la supe aprovechar", mencionó.
Hasta los 22 fue boxeador y luego se dedicó de lleno a trabajar en soldadura. Al tiempo después instaló un taller en la avenida Héroes de la Concepción, al llegar a O'Higgins, el cual por estos días le pertenece a su hijo, quien continuó su legado como soldador.
En ese sentido contó que al ser conocido gracias al boxeo, no fue difícil obtener clientes, ya que mediante la soldadura logró generar los ingresos necesarios para educar a sus seis hijos y construir su hogar en Alto Hospicio, lugar donde reside actualmente junto a su esposa.
"Ahora tengo ocho nietos y lo que no pude darle a mis hijos ahora se los entrego a mis nietos, por eso los regaloneo todos los fines de semana. Ya no tengo más metas por cumplir, me siento agradecido de las oportunidades que tuve".
"Ya no tengo más metas por cumplir, me siento agradecido"
Felipe Araya, Ex boxeador iquiqueño"