Del bar al Var
El Var de antes era el Bar de la esquina. El lugar donde se repasaban las jugadas y los artificios de ese juego que se llama fútbol, tan mal entendido. Territorio de lugares comunes. Pretexto, a veces, para violentar al otro. Caldo de cultivo de los nacionalismos.
En el Bar de la esquina sólo quedaba el derecho al pataleo. Nada más. No se podía reconsiderar nada. El Var invento de la Fifa para controlar a los jugadores, no se aplica a los dirigentes de la misma.
El penal de Javier Mascherano por agarrar al rival es tan natural como ver salir el sol en La Tirana. Con el Var, Colo Colo hubiera sido el campeón de la Libertadores en el 73 y tal vez no hubiese habido golpe de Estado.
Con el Var, otro gallo cantaría. Deportes Iquique no habría pasado tanta angustia. Y quien dice que gracias al Var, otra copa hubiésemos levantado.
Se cuenta que en un bar, el Genovés, se conversó la posibilidad de fundar a Deportes Iquique. A este bar se le conoce además como el bar de los deportistas. Allí llegan los que fueron crack, a barajar ese pasado glorioso cuando en Iquique, decir Tierra de Campeones, era como respirar y no como ahora un acto de nostalgia. La memoria deportiva en blanco y negro.
El Var desnaturaliza al fútbol y lo convierte casi en ciencia exacta, o sea, todo lo contrario a su naturaleza: ser lógica de lo impensado.
El error es parte integrante de su condición como el error de Fernando Muslera, de Uruguay, que aún me duele.
No me imagino a don Recareo Maita, cocinero, allendista, árbitro de las polvorientas canchas (cito a Raúl Duarte), haciendo el gesto con sus dedos, dibujando una pantalla de TV. La rechifla sería generalizada como cuando se anunciaba que Jorge Gárate era el árbitro de la última pelea de la noche.
Menos Var y más bares como los de la esquina. Mejor aún si lo atiende don Amadeo y encontrar en la barra al Ñato Cortez, yungaino y vecino del barrio. Tío de Edson.
"El Var desnaturaliza al fútbol y lo convierte casi en ciencia exacta, o sea, todo lo contrario a su naturaleza".
Bernardo Guerrero Jiménez, sociólogo Unap"