EDITORIAL
Amenazas a profesores
La educación es uno de los temas que ha generado la mayor atención en los últimos años. La búsqueda de un sistema que responda a las actuales necesidades del país y que permita preparar el futuro para las nuevas generaciones es, sin duda, una de las principales preocupaciones ciudadanas.
Si bien para mejorar la educación es necesario analizar detalladamente distintos y relevantes aspectos, lo cierto es que el debate se ha focalizado principalmente en su financiamiento. No obstante, por ser una materia fundamental en el desarrollo del país, es indispensable que la discusión traspase todos sus ámbitos.
En ese sentido, el rol de los profesores y funcionarios de la educación es relevante, toda vez que se trata de actores que se desempeñan directamente con los niños al interior de las aulas. La función académica es insustituible, por lo que es necesario brindarles todas las herramientas para que logren desempeñar adecuadamente su labor.
Entre ellas se incluye el generar un ambiente adecuado que les permita fomentar el respeto y la colaboración entre todos los integrantes de la comunidad educativa.
En ese contexto, inquieta la denuncia presentada por los profesores del Colegio Simón Bolívar de Alto Hospicio, quienes concurrieron a la justicia para acusar amenazas de apoderados, sin duda un tema que no se puede relativizar.
Lamentablemente, estas situaciones no son nuevas. De acuerdo a los datos de la Superintendencia de Educación, el año 2017 se recibieron 263 denuncias por maltrato a docentes y/o asistentes de la educación. De ese total, siete ocurrieron en la región. La estadística local indica, además, que tres involucraban a alumnos y cuatro a apoderados.
Aunque se trata de números oficiales, es probable que existan hechos no denunciados, ya sea por temor o porque las víctimas no sienten el respaldo suficiente para iniciar acciones administrativas o judiciales.
Con todo, más allá de los reglamentos de cada establecimiento educacional, es indispensable que toda la comunidad educativa trabaje en la resolución de conflictos. Tanto directores, académicos, alumnos y apoderados deben comprometerse con propiciar y fortalecer un clima de respeto entre todos sus miembros.
"El año 2017 se recibieron 263 denuncias por maltrato a docentes y/o asistentes de la educación".