Equipo de investigadores consigue reproducir la cabrilla en cautiverio
Académicos de la Unap emplearon hormona para inducir el proceso. Ahora buscan hacerlo de forma natural.
A poco más de un año de iniciada su investigación, un grupo de académicos de la ciudad logró reproducir la cabrilla en un centro experimental habilitado para estudiar en cautiverio a esta especie de pez de roca.
Tras la instalación de cuatro estanques y bombas centrífugas que permiten llevar agua de mar hasta estas, se capturó, a través de trampas, 20 ejemplares de cabrilla machos y hembras con los cuales se ejecuta la investigación liderada por académicos de la Facultad de Recursos Naturales de la Universidad Arturo Prat (Unap) con el apoyo del experto de la Agencia de Cooperación Internacional de Japón, Masatoshi Futagawa.
Según explicó el director del proyecto, Germán Bueno, en esta primera parte del estudio se empleó la hormona gonadotrofina coriónica para inducir la ovulación de los peces y así estos puedan desovar, es decir, liberar huevos.
Una vez que los huevos se fertilizaron, estos fueron retirados del estanque donde permanecían los peces y para ello emplearon un colector donde quedaron retenidos en una malla.
"Después se lavan, se separan los huevos que están viables de los no viables a través de un método gravitacional, los muertos decantan y los viables quedan flotando", precisó.
El ingeniero en acuicultura detalló que una vez que se obtuvieron los huevos viables, se sometieron a un proceso de incubación que tardó 50 horas. Tras ello, se produjo la eclosión (nacimiento) y finalmente la aparición de las larvas de saco vitelino (bolsa que permite alimentar al pez tres días aproximadamente), logrando así concretar la reproducción exitosa de la cabrilla en condiciones de cautiverio en el centro experimental habilitado en el resort Jatata.
Hasta este punto llegó el equipo de investigación a fines de abril pasado; sin embargo, el siguiente paso es poder lograr que los peces en cautiverio desoven de forma natural, es decir, sin el uso de hormonas.
"De esa forma tendríamos porcentajes elevados de fertilización, de un 80 a 90 por ciento, y eso augura tener larvas sanas que puedan llegar hasta metamorfosis y alevín (pez pequeño de corta edad)", sostuvo Bueno.
El académico estimó que esta reproducción natural podría ocurrir en las próximas semanas "porque aún están las temperaturas adecuadas y tenemos el número de peces, se encuentran liberados del estrés y están comiendo... están aclimatados".
Para fines del 2019, el propósito de los investigadores es lograr, además, que dichas larvas lleguen a ser alevines, es decir, peces de corta edad y tamaño, lo cual toma alrededor de 30 días.
Repoblamiento
Una vez finalizado todo este proceso, el equipo de investigación se enfocará en la segunda etapa: el repoblamiento de la especie.
Juan Pablo Díaz, ingeniero pesquero, dijo que para ello se emplearán arrecifes artificiales, dos para ejemplares juveniles y otros 10 para adultos, que se buscarán instalar en una área protegida.
Con ello se buscará que los ejemplares del pez en estudio se desarrollen y alcancen un tamaño comercial.
No obstante, para lograr esto primero deben concluir la primera etapa ya que de concretarla satisfactoriamente contarán -según indicaron los investigadores- con el financiamiento para esta segunda fase.
"Esta es la única forma de recuperar los peces que ya no están
Juan Pablo Díaz"
Fondos y equipo
La primera etapa del proyecto tiene una inversión de aproximadamente $150 millones, monto financiado por Conicyt a través de su programa Fondef. En este estudio también interviene la bióloga marina Jessica Pizarro, el técnico Franco Gamboa y el buzo Luis Rodríguez quien es capacitado en este proceso de reproducción de la especie para que luego trasmita los conocimientos a pescadores artesanales de la región.