Que vergüenza se siente cuando estudiantes de una universidad agreden a una persona que pretende exponer sobre sus ideas en uno de sus auditorium. Sin embargo, más pena da el leer la carta que el Centro de Alumnos de la Unap le dirigiera al Sr. Rector de esa casa de estudios superiores; una misiva plena de odiosidades, sin sentidos y aseveraciones de dudosa comprobación.
Todos conocemos la tendencia política del señor José Antonio Kast; sin embargo, resulta incomprensible que, en una universidad, los estudiantes (¿o debemos identificarlos como alumnos -a luminis?) sea recibido de una manera grotesca, violenta y carente de todo decoro universitario, como ocurrió hoy.
La universidad es el lugar donde deben converger las diferentes corrientes del pensamiento, las artes y la ciencia y, de existir disquisiciones en los planteamientos, es allí donde deben nacer las nueva ideas que hacen que una nación y, fundamentalmente una persona se enriquezca con dichos planteamientos.
Los videos de las redes sociales, mostraban más a un lumpen propio de una barriada populosa; por su comportamiento y por los epítetos proferidos a la visita, que a estudiantes universitarios.
Un triste espectáculo que ya parece legado.
Kast
El ex candidato presidencial José Antonio Kast fue víctima de la intolerancia y la violencia de la extrema izquierda estudiantil en la Universidad Arturo Prat de Iquique.
Se trata de un hecho repudiable que ha contado con la complicidad de la Federación de Estudiantes.
Lamentablemente esta es la realidad que cientos de jóvenes enfrentan diariamente en sus casas de estudios, en las que pensar distinto no está permitido y hacerlo pone en riesgo su integridad física.
Espero se sancione severamente a los agresores y se tomen las medidas necesarias para garantizar el respeto, la tolerancia, la pluralidad y la libertad en la universidad, de lo contrario, no merece llamarse universidad.
Cristián Araya.
Luis A. Gutiérrez Torres.