Dejó su uniforme militar para convertirse en garzona
La dominicana María Antonia Reyes lleva 6 años en Chile desde que puso fin a su carrera en la Armada de su país.
Al arribar a Chile debió cambiar su uniforme como sargento de la Armada para ponerse un mandil y atender mesas en restoranes. Seis años han pasado desde entonces para María Antonia Reyes Mezquita (35), oriunda de Santo Domingo, República Dominicana.
"Mi hermana que estaba acá, tenía una necesidad de alguien que la ayudara porque estaba embarazada... decidí dejar mis cosas allá, yo era sargento de la Marina de Guerra y estudié periodismo también, me faltó la tesis", comenta esta garzona, que atiende un restorán ubicado en Patricio Lynch.
Para un chileno podría parecer extraño dejar una carrera militar, sin embargo República Dominicana se ubica entre los 8 países con el salario más bajo en Latinoamérica, según detalla el Fondo Monetario Internacional y en el caso de los militares recién tuvieron un incremento en sus remuneraciones en 2017 después de una profunda reforma.
"El sueño de uno es avanzar, me vine para acá porque supuestamente venía por un tiempo y ya llevo 6 años acá", afirma con expresión de sorpresa.
No fue una decisión fácil, ya que la obligó a separarse por tres años de sus hijos de 9 y 14 años. Cuando pudo regularizar su situación migratoria los trajo consigo y hoy gozan con la costa iquiqueña. "Mi hijo está rojito de la playa, es un camarón, mi hija igual", señala sonriendo.
Pero no todo ha sido risas para María Antonia. "Lo más difícil es la cultura, las diferencias sociales. Me han tocado personas que me han mirado en menos, no es raro, porque me ha tocado y porque soy extranjera. También porque mi hermana tiene un restorán y cómo que miran que uno le ha quitado el puesto".
Otro aspecto por el que incluso pensó en volver a su tierra fue el acceso a la justicia. "He pasado situaciones muy difíciles en este país y he ido a buscar ayuda a la justicia y no he tenido solución". Sin embargo, las mejores oportunidades de acceder a empleo la han hecho quedarse.
"A mis hijos los han tratado bien en las escuelas, a los dos les gusta y han hecho buenas amistades", algo que para ella es muy importante, resalta, mientras interrumpe la conversación para atender a una clienta.
Y retoma, "cuando uno sale de su país no sabe en lo que va a trabajar, porque yo nunca pensé que iba ser mesera porque no se ve mucho ese rubro allá, más que en los hoteles de Punta Cana. Es muy diferente a lo que yo hacía", comenta.
Su primer trabajo fue en el restorán La Mulata, que le sirvió para tener más desplante y personalidad. "Me decían que yo era muy seria, porque tenía todo el rostro como militar, imagínate 10 años siendo militar, me decían que sonriera, que una garzona tenía que tener carisma y me era muy difícil", dice ahora entre risas.
Y aunque ya han pasado 6 años y solo retornó a su país para buscar a sus niños, añora a diario una "Bandera Dominicana", plato típico de su país compuesto por arroz blanco con porotos rojos y pollo o carne guisada.
"Cuando llegamos acá queríamos esa comida, pero las sazones que usan ustedes son distintas a las nuestras", sostuvo resignada. Otro placer que extraña es el café de grano preparado manualmente. "Eso me costó porque nosotros tomamos café todo el día, como ustedes el té y acá el café sabe distinto", afirmó.
Por último confesó que sueña con regresar algún día a su país. "Yo creo que la idea de todo extranjero es volver después de que uno por lo menos pueda hacer una vida acá, tener los recursos para volver y tener una vida allá".
"El sueño de uno es avanzar, me vine para acá porque supuestamente venía por un tiempo y ya llevo 6 años acá".
María Antonieta Reyes Mezquita, dominicana"