Miguel de Unamuno fue quien dijo que "el progreso consiste en renovarse", poco a poco, se consolidó la frase hecha de "renovarse o morir", destacando los beneficios de afrontar los cambios y no dejarse caer.
En el mundo de los negocios, como en todos los ámbitos del quehacer empresarial, la única constante es el cambio. La tecnología cambia, los consumidores, las necesidades, el marketing, qué duda cabe, la alternativa es cambiar: es el único camino para sobrevivir. Ejemplos recientes de empresas que quedaron en el camino por no hacer los cambios o mutar a tiempo; Kodak y Blockbuster.
La transformación que ha sufrido el comercio, producto de la inserción y avance de la tecnología, obliga a los empresarios a "subirse a la ola" de las tendencias y entender sobre el nuevo estilo de hacer negocios, donde lo digital es el presente y futuro. Es el momento de romper estructuras y superar temores que obstaculizan lo que seguro puede llevarnos a tener otro sitio en una economía cada vez más competitiva, todos tenemos que adaptarnos.
Una de las bases del éxito de las empresas siempre ha sido la capacidad de adaptarse a los cambios, tanto en los modelos de gestión como en los estilos de vida de los clientes, así como a sus necesidades y experiencias como consumidores. En la economía digital, en que las personas, los negocios y la comunidad, están conectados en tiempo real, representa un reto más colaborativo y eficiente.
¿Cuál será nuestra responsabilidad ante este cambio histórico? ¿Seremos simples espectadores o actores principales? Es una decisión que implica dejar atrás el romanticismo de los negocios personalizados, presenciales y físicos y tomar una acción responsable para ir junto al cambio y no ser arrastrado por él. Cambiar o ser cambiado, no hacer nada, quedar indiferentes o en el pasado, no es una elección.
Todo trata de atreverse, a darle la importancia que reviste el cambio, para evitar la obsolescencia es necesario estar abierto a transformarse, a mutar, la innovación es clave para la permanencia en un plano competitivo, supone también una ventaja frente a otras empresas del mismo sector.
Finalmente, no es una empresa la que hace al empresario, sino el empresario el que hace a la empresa.
"Todo trata de atreverse, a darle la importancia que reviste el cambio, para evitar la obsolescencia".
Darío Blanco Leiva, Gerente, Asociación Usuarios Zofri A.G. 1"