Partió Antonio Sabat: un señor de la radio y el teatro
Ayer murió en el Hospital Regional uno de los inolvidables de los medios de comunicación de Tarapacá. También fue cantante, actor y animador.
Hijo de un papá inmigrante, oriundo de la bíblica Belén en Palestina, Antonio Sabat tuvo el mismo destino de su progenitor: no fue profeta en su tierra.
Su padre buscó mejor vida en Santiago, y Antonio -capitalino- emprendió rumbo hacia Iquique, ciudad que lo adoptaría como uno más de los suyos.
Aquí fue actor y un infaltable en los medios de comunicación, donde se desempeñó desde la década de los ochenta como locutor para luego decantar en la conducción televisiva.
Ayer fue el último día que nos acompañó el "Señor de las comunicaciones", como lo conocían. Luego de una larga batalla contra la diabetes y variadas afecciones cardiacas, su cuerpo no resintió más y dejó este mundo a los 66 años, en el Hospital Regional. Claro está que su fallecimiento no pasó desapercibido en los medios de la región y en el del teatro. Juan Nina, director de Radio Municipal, quien compartió micrófonos en varias emisoras con Sabat, sostiene que hasta sus últimos días asistió a trabajar, donde hasta hace poco conducía "Conversando al mediodía" y se desempeñaba como editor general de prensa de RTC.
"Deja un ejemplo tremendo, de un comunicador amante de Iquique. Siempre muy culto y muy ameno", cuenta rememorando uno de los grandes hitos de Sabat: transmitió más de cinco días ininterrumpidamente a principios de los 90.
Cantante
Otra pasión del conductor era la música. Dueño de una privilegiada voz, fue cantante en la época de la Nueva Ola, antes de su llegada a Iquique, bajo el seudónimo de "Yamil".
"Fue uno de los cantantes de la cuarta generación de la Nueva Ola (...) grabó discos para Odeon, en el sistema 45 vinilo. Sacó como tres o cuatro discos. Era un tipo alegre simpático y dicharachero", recuerda Manuel Escribar, uno de sus grandes amigos.
Humor que también conoció en carne propia una de sus discípulas: Pilar Balaguer, quien coincidió con él en radio Cavancha, Brava y Municipal, además del canal municipal RTC.
"La última vez que lo fui a ver al hospital, le habían cortado su pierna hasta la mitad. Fue impactante para mí. Igual tenía muy buen humor, cuando yo lo fui a ver, me dijo que literalmente iba a poder saltar en una 'pata'", dice entre sollozos y risas.
Teatro
Sus restos eran velados ayer en la sala Veteranos del 79 de calle Zegers, lugar que Antonio Sabat eligió antes de fallecer. Él perteneció por más de 20 años al Teatro Universitario Expresión.
"Trabajó con nosotros en la primera obra que se llamó "Álamo en la azotea" de Egon Wolff, luego vino "El cepillo de dientes", donde cumplió un rol estelar con la actriz Luisa Jorquera (...) la obra que lo consagró en el teatro iquiqueño", recordó el director del Teatro Universitario Expresión y Académico de la Universidad Arturo Prat, Iván Vera-Pinto, quien precisó que Sabat actuó en 15 montajes.
Tal fue su identificación con la ciudad, que también formó lazos en el mundo político y fue cercano a la familia Soria.
"Fue un gran colaborador de los proyectos emblemáticos que llevó el alcalde Jorge Soria (...). Es un constructor más, un obrero más de esta ciudad a través de las comunicaciones", dijo el alcalde de Iquique, Mauricio Soria.
El hijo de Antonio Sabat, Francisco, agradeció las muestras de cariño y homenajes que se le realizaron ayer a su padre, al que definió como una persona que no hizo nada a medias.
"Tengo puros buenos recuerdos de cómo nos formó, de lo que deja. Hay mucha gente recordándolo y fue eso: alegría y su desempeño profesional, el que siempre hizo con toda la fuerza y el corazón", concluye.
"Deja un ejemplo tremendo, de un comunicador amante de Iquique. Siempre muy culto y muy ameno".
Juan Nina,, director de Radio Municipal"