Camila Espinoza López
La ex chica reality Camila Recabarren sorprendió al revelar que, a pesar de terminar su relación con el argentino Joaquín Méndez, ambos compartieron el mismo hogar, por algunos meses.
Hoy, cada uno vive en su propia casa y comentan que, aunque dejaron de ser pareja, mantienen una buena relación.
Pero, ¿qué tan buena idea es seguir el ejemplo de la ex Miss Chile?
"Cuando uno se separa, debe lenta y, eficientemente, cortar todos los lazos invisibles que le conectan con un otro, con quien armó un proyecto de vida. Eso implica, desde lo concreto, el hábitat y todos los otros espacios, como la familia y los amigos", cuenta Edmundo Campusano, psicólogo y académico de Universidad Mayor.
El especialista recalca que, poner fin a una relación y no tomar distancia de la pareja, puede generar problemas.
"Las consecuencias que trae para ambos es imposibilidad de establecer una vida individual, ya que si quiero salir en la noche o si quiero conocer a otra persona, me veo imposibilitado", añade.
Además, el psicólogo explica que, por ser territorial, el ser humano necesita sentir como propio el lugar donde reside y, al vivir con la ex pareja, se produce una contradicción: "Decimos que estamos separados, pero en lo cotidiano comemos juntos, convivimos en el mismo lugar y todo es enredoso".
La situación, a juicio del especialista, también podría ser incómoda para el entorno de la pareja: "Puede ser complejo para los hijos, los amigos y las familias. No saben cómo relacionarse con ellos: dicen estamos separados, pero estamos juntos. No es mi chica ni limonada".
Los niños
En el caso de los niños, ver que sus padres siguen viviendo juntos, sin tener una relación sentimental, podría ser confuso para entender qué es lo que sucede.
"Si soy hijo y veo que en mi casa se respira una 'guerra fría', mis papás no se hablan y dicen que están separados. Hay silencio y frialdad. Yo, el sábado, quiero almorzar y, si cada uno hace su vida, ¿qué hago? ¿Con cuál me quedo?", plantea Campusano.
El especialista señala que tomar la decisión de separarse no es fácil y que hay casos en que se cometen ciertos errores: "Habitualmente la gente no lo sabe hacer. Incluso, hay personas que se separan, se cambian de casa y el ex tiene llave de la casa y entra cuando quiere".
El psicólogo dice que, en muchos casos, por motivos económicos, las personas deciden compartir el hogar, hasta lograr que cada uno tenga su independencia.
Para enfrentar este período de convivencia de buena manera , el experto señala que, lo primero, es establecer normas claras.
"En ese período de transición hay que aclarar lo más posible los acuerdos. Que no quede abierto a la elucubración o a los supuestos. Por ejemplo, decir lo nuestro se acabó y estoy esperando dos meses para que me entreguen un departamento que arrendé o estoy esperando a desocupar una pieza en la casa de mis papás, porque me voy para allá", dice Campusano.
El psicólogo destaca lo relevante es respetar el espacio de cada uno. "Está claro que yo puedo llegar a la hora que quiera. No te voy a preguntar dónde andabas. No tengo que meterme en qué haces con tu plata".
Niklas Bornhauser, académico de psicología de la Universidad Andrés Bello, concuerda en que es necesario respetar ciertas normas: "Establecer reglas, seguirlas y, en caso de que no resulte, abandonar la idea. Regular la convivencia".
Vivir en armonía
El psicólogo destaca que las personas no deben olvidar que "la convivencia, como toda convivencia, será 'pacífica', si ambas partes suscriben la paz como un estado deseable y para cuya instalación y mantención hay que trabajar".
El especialista agrega que "la paz no es un estado natural, espontáneo, propio de lo humano por derecho, sino un objetivo, hacia el cual han de tender las negociaciones entre las partes".
"Cuando uno se separa debe lenta y eficientemente, cortar todos los lazos invisibles que le conectan con otro, con quien se armó un proyecto de vida".
Edmundo Campusano, académico de la U. Mayor."