Covadonga: trozo vivo del pasado
La tradicional calle de El Morro aún evoca el pasado que inspira y conserva la identidad del barrio, cuyas casas vienen desde el Iquique peruano.
La arquitectura conservada del Iquique peruano y una fuerte identificación con el barrio en el que se emplaza podría resumir el significado de vivir en la calle Covadonga de El Morro.
Esta artería se llamaba Libertad en los tiempos del Perú y fue cambiada como todas las calles del barrio El Morro en forma inmediata por los chilenos, una vez que el puerto de Iquique fue ocupado por la marinería de desembarco chilena de la "Covadonga" y del "Cochrane", al mando de Patricio Lynch Solo de Zaldívar y luego por tropas del Ejército, precisa Patricio Rivera, académico e investigador de la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad Arturo Prat.
"El cambio de calle es en el período de 1879 a 1880, dado que en mapas de 1882, 1883 ya está cambiado por el nombre de un buque de guerra que era el más querido por el pueblo chileno en 1880. Se trata de la 'Covadonga', la cañonera chilena que venció a la fragata blindada peruana 'Independencia' en Punta Gruesa el 21 de mayo de 1879", cuenta el historiador.
En ese sentido, todas las calles de El Morro, salvo Bellavista, tienen nombres de héroes o buques de la guerra de 1879 y Bellavista no lo tiene porque esta última es nueva, del siglo XX.
Vecinos tradicionales
Dina Olivares, antigua vecina de la calle Covadonga que hace 47 años vive en la misma casa, afirma que nadie la moverá de su querido barrio El Morro y que sólo lo abandonará cuando muera.
"Es una calle dentro de todo tranquila. Yo soy orgullosa de vivir en calle Covadonga y en el barrio El Morro. Incluso me fui como un año a un departamento y no me acostumbré, era como ingresar a la cárcel, nadie se saludaba. Aquí todo es distinto", explica la vecina.
Otra tradicional habitante de calle Covadonga es Berta Araya, quien desde el mesón de su almacén llamado "San Luis" ve junto a su marido pasar los días de la histórica vía.
"Yo llegué a esta casa el año 48 junto a mis padres. El barrio El Morro tiene una particularidad muy bonita, porque los vecinos antiguos llevamos muchos años juntos, entonces se forma como una familia. Si a uno de ellos le pasara algo, uno siente ese pesar como propio", enfatiza la vecina.
Araya formó parte del Club Deportivo Unión Morro y hasta la actualidad representa al barrio en el equipo senior de básquetbol, aunque dice que las rodillas ya no la acompañan mucho.
"Son muchas historias porque nos conocimos desde niñitas y ahora que estamos adultas es importante que estas tradiciones se mantengan", comenta Araya.
Morrinidad
Covadonga es una calle estructural de El Morro, a juicio de Patricio Rivera, ya que nace en calle Serrano y termina en la playa misma. Albergó casas del siglo XIX desde la fundación del Iquique peruano hasta las construcciones de empleados del Banco del Estado hacia 1965.
Sus casas muestran aún edificaciones de la época peruana, especialmente en el cuadrante de Covadonga entre Thompson y Grumete Bolados.
"En ellas, aún sobrevive algo que denomino 'morrinidad', que lo defino como la historicidad de El Morro, basado en el recuerdo de su pasado que inspira y conserva la identidad del barrio, y eso lo hace unirse cada vez entorno a elementos simbólicos. Las fachadas recuerdan un Iquique del Perú, destacando especialmente las casas de la esquina Wilson con Covadonga", asevera el historiador.
Asimismo, Covadonga guarda episodios de la identidad morrina, como los carnavales y los campeones deportivos de pesca, waterpolo, fútbol y atletismo.
Además, el profesor de la Unap señala que El Morro es un barrio que era la elite del siglo XIX, en contraste a los sectores más pobres, como el Colorado. "Es por ello que existe rivalidad entre ambos barrios y ésta viene de cuando eran peruano, dado que era la diferencia entre los vecinos de mayor poder político y adquisitivo del Perú", añade.
Las casas
La calle Covadonga en sí era de casas de madera. Las bodegas de salitre eran cercanas a la costa, es decir, a la playa y ocupaban la franja costera de La Puntilla y de El Morro, pasado la antigua estación urbana de Ferrocarriles a la entrada del puerto.
Sin embargo, hacia el inicio de la calle por Serrano había almacenes de productos comestibles y navieros; más pasada la calle Thompson, el destino era netamente urbano y vecinal. Por ello, el estilo y fachada de las casas eran con dos pisos y algunas mejoradas, luego de dos maremotos de 1868 y 1877.
"Las casas tenían el padrón de Iquique peruano, continuado por los chilenos, casa con amplios patios, la basura y luego los desechos materiales en desuso se acumulan en el techo y tienen claraboyas, cielo y entretecho", manifiesta Rivera, quien agrega que "cada casa se separaba por un tabique, criadero de ratones, por eso los vecinos de los barrios antiguos tienen gatos".
Además, algunas casas poseían miradores para atisbar la bahía, más de alguna tenía subterráneo para esconder a los jóvenes de los reclutamientos por la guerra o los rumores de guerra, como en El Colorado.
"Yo soy orgullosa de vivir en calle Covadonga y en el barrio El Morro. Incluso me fui como un año a un departamento y no me acostumbré".
Dina Olivares,, vecina de calle Covadonga."