Naguib Danilla Segovia

Son cerca de las 18 horas de un caluroso tres de abril de 2017. Decenas de personas ya emprenden rumbo a sus hogares a esa hora y muchos de ellos toman taxis colectivos en las esquinas del centro de Iquique.

La cara de tedio de los usuarios de la locomoción pública local es evidente, ya que al fracasar en reiteradas ocasiones la tarea de tomar con éxito alguno de estos vehículos, muchas veces prefieren otras formas de transporte. Pero en el horizonte se acerca un Nissan V16, con un vistoso cartel instalado en el parabrisa que versa "donde vaya".

Es el vehículo que maneja Óscar Ávila Pastén (67), antofagastino radicado en Iquique hace 38 años y que hace furor en redes sociales porque lleva literalmente a cualquier parte de la ciudad hace más de 15 años.

A él no le importa que los pasajeros le digan que van al sector sur o Bajo Molle. Ni siquiera hace el clásico ademán de bajar la ventanilla y agachar su cabeza para preguntar el recorrido, sino que simplemente dice "suba nomás".

"Las personas quedan descolocadas y esperaban que yo les dijera algo negativo y yo les decía 'para donde vamos' y ahí se relajaban las personas", cuenta el amable conductor.

Agregó que justo en ese momento, como por arte de magia, él se convierte en una especie de sicólogo de sus pasajeros, los que la mayoría de las veces le comentan sus malas experiencias con los taxis básicos de la capital regional.

"Los pasajeros decían que muchas veces les dicen que van para otro lado y otras excusas para no llevarlos", explica el sexagenario conductor quien dice que él si va para otro lado, distinto a la ruta solicitada, no inventa mentiras y les dice a las personas su tramo y les plantea que los puede llevar si aceptan dejar primeramente a otro cliente.

Falsa percepción

Ávila piensa que las negativas que generalmente tienen sus colegas para llevar a algunos sectores de la ciudad a algunos pasajeros responde simplemente a una falsa percepción del gasto de combustible que poseen, y por lo mismo siempre hacen rutas cortas.

"Yo por lo mismo hago un poquito más de dinero. Además el gasto de bencina no es tanto. Los mismo que gasto dando vueltas vacío, es lo que voy a ocupar para traer un pasajero de vuelta y así", considera.

Anécdota

Al ser consultado por la ruta más larga que ha realizado, don Óscar recuerda que una vez estaba en puerta 4 de Zofri esperando a algunos pasajeros, cuando él veía que un caballero de edad miraba fijamente su letrero "donde vaya".

Luego de largos minutos, esta persona se le acerca y le pregunta si lo podía llevar hasta el Parque del Sendero. En primera instancia pensó que el tipo le estaba gastando una broma, pero después cuando se subió y le pagó la carrera se dio cuenta que este cliente hablaba muy en serio.

"Nos fuimos conversando y efectivamente iba para el Parque El Sendero. Esa fue una de las anécdotas que más recuerdo", señala.

Finalizando este experimentado conductor le manda un recado a sus colegas. "Solamente que tengan predisposición con los pasajeros y que sean amables", asegura.

"Los pasajeros muchas veces les dicen que van para otro lado y otras excusas para no llevarlos".

Óscar Ávila Pastén,, taxista"