21 de diciembre: la escuela N°1
El poeta iquiqueño Guillermo Ross Murray, señala que Iquique está marcado por el número 21. El 21 de mayo y 21 de diciembre, la diferencia de ambas fechas es que la primera se recuerda con feriados y desfiles, la segunda fue omitida por la historia hasta ser rescatada del olvido por la cantata del grupo Quilapayún basada en los escritos del iquiqueño Luis Advis.
Los iquiqueños antiguos y los pampinos hablan de la matanza de la escuela Santa María desde lo que saben y lo que dicen, sobre los hechos prima la memoria, aquella aprendida de boca de generaciones pasadas. Sin embargo, existen datos y documentos de los sucesos, todos ellos hoy disponibles.
En la escuela de Arquitectura de la UNAP, se realizó un conversatorio de los sucesos con la presencia del Premio Nacional de Historia, la CUT, historiadoras e historiadores, académicos, ex pampinos, etc y el 20 de diciembre hay una romería hacia el monolito de la Escuela Santa María desde el teatro Veteranos del 79 -entidad que en 1907 solidarizó con la huelga- y finalmente el día 21, la CUT hará su tradicional acto. ¿Pero basta con eso?
La egohistoria (P. Villar:1998) permite historiar desde lo visto, que en sí no es toda la realidad, solo la que se protagoniza desde la observación, aunque para muchos es la verdad misma, porque se vive.
Pablo Mesías, antiguo vecino del barrio El Colorado, conocido como "el sordo Pablo", mostraba con unas copas de más su pantorrilla. En ella había una cicatriz que databa de cuando tenía 8 años y fue a ver la huelga de la Plaza Montt recibiendo un disparo "de sapo" decía él. El tío Pablo, nunca contó lo que sucedió, trabajó en la pampa salitrera fue "carruncho" es decir obrero ferroviario del Ferrocarril Inglés y murió en 1977, era de tez blanca y ojos azules, se parecía a Juan Pablo II y siempre guardó silencio de los hechos,. Tal vez, la pena enorme que llevaba sobre él, se debía a lo que vio ese 21 de diciembre de 1907 en la Escuela Santa María.
Los que aprendimos de los sucesos de ese día, lo supimos por memoria oral de quienes lo vieron y el recuerdo se mantuvo vivo gracias a los fantasmas que penaban en la Escuela N°1 o bien lo hacían en nuestra memoria.
"Los que aprendimos de los sucesos de ese día, lo supimos por memoria oral".
Patricio Rivera Olguín, historiador, Unap"